De ronda por el Palacio. A Germán Varón Cotrino se le vio por el Palacio de Justicia hace dos semanas pidiéndoles a los magistrados de la Sala Disciplinaria que se quedaran quietos con la reforma a la Justicia, que no hicieran lobby y que no defendieran los intereses de su célula. Ahora quien hace la norma es el Gobierno, pues no hay Congreso, no se legisla. El legislador es el Ejecutivo, pues a este le sale más barata una magistrado (a) que se le mida a la Procuraduría o a una embajada en seis meses.
Alternativas. Otro, más cauteloso y calculador, tiene sus antenas repetidoras en la Defensoría del Pueblo, pues al parecer iría en la terna para “defensor del puesto”. El tercero, juega a cuatro bandas, pues tendrá un alto cargo en el Gobierno, prometido a expensas de no torpedear la reforma.
Variado surtido. El del altiplano cundiboyacense quiere ser gobernador mientras la otra se retira a los cuarteles de invierno mientras la investigan.
El último que está en juego, anda metido en un verdadero cruce de caminos, pues sus proyectos no son tan “claros” porque tiene varias alternativas la política o quedarse en la docencia.
Perspectivas: la indemnización o la acción de repetición. ¿Qué pasará con el resto del período de los magistrados del Consejo Superior de la Judicatura si fueron elegidos para uno de ocho años y ninguno de ellos lo ha cumplido? El más próximo es Francisco Escobar y hay otros como Néstor Correa y Suárez Alba que acaban de llegar a sus cargos.
¿Tendrán que indemnizarlos? Sus períodos están vigentes, pues el único que puede removerlos, sin que proceda indemnización, es el constituyente primario, o sea el pueblo, y no el constituyente derivado, que es el Congreso. El Parlamento que no legisla y que no entiende que al recibir órdenes del Ejecutivo puede verse involucrado en acciones de repetición por sus actos, tal como reza en la jurisprudencia abundante de nuestra legislación colombiana.
Compromisos. Además, Colombia -como Estado- ha suscrito con las Naciones Unidas compromisos para con la justicia y el último es el de la inamovilidad de los magistrados o jueces que han sido elegidos para períodos determinados. (Ver convenios Naciones Unidas-Estado colombiano).
Píldoras para la memoria. Recordamos como si fuera hoy que el magistrado Angelino Lizcano participó durante el Ministerio de Hacienda de Juan Manuel Santos en la repartición de auxilios para los congresistas. Ese hecho fue denunciado por Gustavo Petro, en plenaria del Senado, y el propio Álvaro Uribe, siendo candidato presidencial, interpuso acciones en el mismo caso.
Santos el amigo de Lizcano. Santos le salió al quite tanto a Uribe como a Petro... diciendo que “aquí el único responsable soy yo”, sacando en limpio a su Angelino Lizcano, el mismo que hoy le ayuda a desaparecer a sus compañeros, como quien dice: “dejar hacer, dejar pasar”, a la manera del liberalismo manchesteriano. Por eso, Angelino tiene sobre sí el sambenito de haber negociado la cabeza de todos sus compañeros del Consejo Superior de la Judicatura, como reviviendo los pasajes de la revolución francesa.