De la recesión a la depresión | El Nuevo Siglo
Sábado, 20 de Agosto de 2011

El ex ministro de Hacienda Oscar Iván Zuluaga alerta sobre las causas y efectos de este nuevo torbellino de los mercados mundiales y su incidencia en Colombia.


Por Orlando Cano Vallejo
Especial para EL NUEVO SIGLO

Las implicaciones de la crisis bursátil en todo el mundo y cómo podría afectar a Colombia esa situación, son el eje central de la entrevista que la publicación Agenda Económica le hizo al ex ministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga.


El ex funcionario explica los orígenes de la crisis financiera que sacude los mercados de Europa y Estados Unidos y lo que puede ocasionar la propagación de tanto estrés en los mercados del mundo.


¿Qué es lo que realmente ocurre en la zona euro que engendró esta crisis financiera y de confianza en los mercados?
OSCAR IVÁN ZULUAGA:- La crisis del año 2008 fue una crisis desatada por el uso de instrumentos financieros sofisticados, que generaron una crisis financiera en USA y los países europeos, llevando sus economías a una recesión económica. La característica de una moneda única en la zona euro implica que las deudas de los países están interconectadas unas con otros. El factor evidente es que los países europeos no tuvieron el debido cuidado en los sistemas de regulación y supervisión financiera y de ahí el desplome del sistema financiera que afectó el crédito y se tradujo en intervenciones masivas de los bancos centrales para evitar una depresión económica derivada de la pérdida de confianza y el desplome de los mercados de capitales, lo que ocasionó cuantiosas pérdidas a los inversionistas. El resultado de ello fue un crecimiento acelerado de los niveles de endeudamiento de los países y abultados déficits en las finanzas de los gobiernos.


¿Cómo volver a atenuar los efectos de esta nueva crisis continental sobre nuestra economía hoy en crecimiento?
 OIZ.- La clave es una política económica sólida en sus tres pilares: monetaria, fiscal y financiera, acompañada de un esquema de flexibilidad en la tasa de cambio. Desde el punto de vista monetario, el propósito debe ser una baja inflación con riesgos controlados de burbujas a través de adecuados niveles de tasa de interés reales. Desde el punto de vista fiscal, un nivel de deuda pública sostenible que preserve la confianza de los mercados; y desde el punto de vista financiero un esquema de regulación y supervisión financiera que anticipe los riesgos y preserve la liquidez y solvencia del sistema financiero. Esta combinación de políticas fue lo que le permitió a la economía colombiana enfrentar de una manera exitosa la crisis del 2008 y 2009. Afortunadamente hay continuidad en la orientación de la política económica en el gobierno del Presidente Santos.


¿Vuelve la crisis a USA o simplemente la pasada crisis financiera global no se ha ido?
OIZ.- La crisis del 2008 está viva. Es la gran crisis de la economía global y ha afectado de manera seria a los países más ricos y principalmente los Estados Unidos. El riesgo que se vive hoy es de una segunda recesión de la economía americana europea, que puede llevar al mundo a una depresión económica. La crisis financiera de USA ha afectado de manera grave el sector real y por ello la recuperación no ha sido posible. Los niveles de confianza del consumidor son bajos y el comportamiento de las ventas, el crédito y los inventarios no muestran señales para ver reducciones en la alta tasa de desempleo. Hay cuatro millones de hogares americanos que completan tres años sin empleo y cerca de 20 millones de hipotecas en las que el valor de la deuda supera el valor del inmueble. La economía americana a pesar de tener una tasa de interés real negativa, enfrenta un serio problema estructural de alta deuda y déficit en las finanzas del gobierno central, lo cual limita su capacidad para financiar la recuperación económica.


¿Qué fue lo más concreto que usted hizo como Ministro de Hacienda de Uribe para que los estragos internacionales no actuaran como torbellino contra nuestra economía?
OIZ:-- Preparamos la economía en la época de vacas gordas con una política económica consistente. Colombia había recuperado la inversión y la confianza de los mercados gracias a la política de seguridad democrática y al manejo serio de la economía. Cuando llegó no solo la crisis externa sino el desplome de las exportaciones a Venezuela, pudimos reducir de una manera drástica la tasa de interés y garantizar el financiamiento de la nación con anticipación. Además diseñamos una política fiscal contracíclica focalizada en programas intensivos en mano de obra, que permitió un nivel de gasto público adecuado para evitar la recesión económica. Colombia fue uno de los pocos países del mundo que no tuvo recesión y la economía creció positivo (1.5%) en el año 2009.


¿Lo de Grecia, ahora España e Italia, son los tambores que suenan de lejanos a cercanos malos manejos en las finanzas públicas?
OIZ:-- Sin duda. La crisis de Grecia se inició ante la falta de transparencia fiscal. Las cifras se habían adulterado y el gobierno debía mucho más de lo que se creía. El efecto Grecia, a pesar de ser una economía pequeña, se propagó a los mercados europeos y derrumbó a Irlanda y Portugal. La recesión vino sobre España e Italia y de esta manera la economía europea dependía del comportamiento de Francia y Alemania. Los mercados se dieron cuenta que los niveles de deuda de los países en la mayoría de los casos era insostenible y el costo de la crisis muy alto. De otro lado, los gobiernos entendieron que el estado de bienestar construido después de la segunda Guerra Mundial no era viable fiscalmente y por ello recurrieron a reformas drásticas que han originado protestas sociales afectando la estabilidad política de los gobiernos. Un panorama desolador.


¿Pasando a Colombia, podemos volver a crecer al 7% anual como lo lograron con su concurso en el anterior gobierno?
OIZ:-- Lo importante no es crecer un año al 7%. Lo que Colombia requiere es décadas de alto crecimiento para solucionar sus problemas de pobreza e inclusión social. Hoy la economía colombiana crece a su nivel potencial (5%) sin sobresaltos. Un mayor crecimiento demanda un esfuerzo alto en términos de productividad y ello solo es posible si se adoptan políticas públicas de corte micro que solucionen cuellos de botella estructurales. Temas como calidad educativa, infraestructura, acceso al crédito, innovación y emprendimiento conforman la agenda para que podamos crecer durante un período largo a niveles superiores al 6%.


Indique algunas recetas objetivas y de corto plazo para generar nuevos puestos de trabajo remunerativos y estables…
OIZ:-- El reto de una economía es generar empleos formales. La ley de Primer Empleo y Formalización es un instrumento que puede ayudar mucho en ese propósito. Hay dos sectores que pueden aportar en el corto plazo: la agricultura y la construcción. En el tema agrícola, gracias a la seguridad democrática y a la ley Agro Ingreso Seguro están dadas las condiciones para una ampliación de la frontera agrícola. En la construcción el reto de 1 millón de viviendas en el gobierno Santos puede llevar la tasa de desempleo en el corto plazo a un dígito.


Reforma tributaria


¿Sí a la reforma tributaria que alista Santos? ¿Y qué hay de la estructural? ¿Se pone en riesgo la confianza inversionista en el país con reforma impositiva por año?
OIZ:-- El Presidente Santos habla de una reforma que no aumente tarifas y el ministro Echeverry ha dicho que la reforma no es estructural. En este orden de ideas, yo creo que la reforma tributaria que necesita el país debe cumplir cuatro propósitos: incentivar la inversión, ampliar la base tributaria con nuevos contribuyentes, mejorar la competitividad del sistema y garantizar el efecto redistributivo de la estructura tributaria. La confianza inversionista se puede afectar si se alteran los beneficios a la inversión otorgados a sectores que apenas están madurando: hotelería, cultivos de tardío rendimiento, reforestación y biocombustibles.


¿Es optimista sobre la ratificación del TLC con Washington? ¿Y mientras tanto qué de infraestructura y competitividad local?
OIZ.- Soy optimista. No me cabe en la cabeza que el Congreso de los Estados Unidos no apruebe el TLC a su principal aliado estratégico. Sería un error garrafal. En términos de infraestructura también soy optimista, porque el sector tiene plata. La sola asignación de recursos de inversión en el presupuesto 2012 para el sector vale $5.4 billones, cifra que no tiene antecedentes. En el tema de la competitividad, si se cumple lo que plantea el Plan Nacional de Desarrollo, habremos dado un salto cualitativo y cuantitativo en materia de competitividad. El problema del gobierno no es de plata sino de demostrar su capacidad de ejecución.