Cundinamarca tiene nuevo parque natural | El Nuevo Siglo
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Martes, 26 de Septiembre de 2017
Redacción Nacional

La protección de 4.282 hectáreas principalmente de páramo, integran el nuevo  Parque Natural Regional Vista Hermosa Monquentiva ubicado en el municipio de Guatavita, declarado recientemente por La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca CAR para la protección del agua y especies emblemáticas como el oso andino.

A través del Consejo Directivo de la entidad, se declaró esta zona de páramo, ecosistema altamente singular y vulnerable a los efectos del cambio climático y con alto valor para la conservación por la prestación de bienes y servicios ecosistémicos como la regulación y producción de agua de las cuencas de (Bogotá́, Guavio y Sisga).

El área del nuevo Parque Natural Regional Vista Hermosa Monquentiva, presenta una alta biodiversidad propia de la alta montaña caracterizada por especies endémicas (3 familias de aves, 5 familias de mamíferos y 21 familias de anfibios), amenazadas (8 familias de mamíferos, 1 familia de aves, 2 familias de anfibios) y migratorias (3 familias de aves).

“Con esta declaratoria como área protegida, se puede empezar a trabajar en el Plan de Manejo Ambiental, lo que nos permitirá organizar el territorio, tener zonas específicas para conservar el oso andino una especie vulnerable principalmente porque tiene una distribución amplia, pero sus poblaciones están bastante amenazadas”, explicó Camilo Bello, director técnico de la Dirección de Gestión del Ordenamiento Ambiental y Territorial de la CAR. 

Según la Dirección de Monitoreo, Modelamiento y Laboratorio Ambiental de la CAR, la conservación del oso andino permitirá la protección de otras especies ubicadas en esta zona de alta diversidad biológica que han sido monitoreadas por la CAR gracias a la instalación de sistemas de cámaras trampa que han permitido identificar individuos de oso y otras especies.

Implicaciones

Al declarar esta área como protegida, es posible continuar con el proceso de recuperación natural de ecosistemas degradados; limitar el desarrollo de actividades productivas como la agricultura, la ganadería y la minería y se realizarán  actividades de recreación que no alteren el ecosistema, de investigación y finalmente se dará oportunidad a la implementación de esquemas de Pagos por Servicios Ambientales.

El páramo de Monquentiva en Guatavita, había sido declarado en noviembre de 2016 Parque de Vistahermosa y el páramo de Guasca, que es parte del Parque Nacional Natural Chingaza, y que son santuarios del agua, de flora, fauna e historia.

La vegetación predominante es de pastos, arbustos de hojas pequeñas y gruesas y los típicos frailejones, plantas cubiertas de un raro revestimiento sedoso a veces blanco plateado con flores de color oro. Científicamente el género de los frailejones recibe el nombre de Espeletia, apelativo dado por el sabio José Celestino Mutis en honor al gobernante el Virrey José Manuel de Ezpeleta con el fin de obtener su apoyo para la expedición botánica.

El páramo de Guasca tiene alturas de 3.550 msnm y forma una red hidrográfica amplia con el nacimiento de varios ríos hacia dos grandes vertientes: por el oriente la del Orinoco con riachuelos como el Juiquín, Balcones, el Tunjo; que forman las cabeceras del Río Guavio. Por el occidente la vertiente del Magdalena, con pequeños ríos de leyenda y mitos como el Pericos, Siecha, Chipatá, que al unirse con el río Chiquito al Aves, forman el Tominé, afluente del Bogotá y nombre del embalse.

Las lagunas del páramo de Guasca como la de Martos, Fausto, la Joyanca, Siecha y Buitrago, junto con la Laguna Grande de Guatavita fueron escenario de ceremonias religiosas dentro del agua y en sus alrededores. Los picachos del páramo, las piedras y las grietas sirvieron como sitio de ofrenda a los dioses Muiscas: Peña Negra, Piedra de Sal, Peña Cuadrada, Peñas de Gigantes, etc.

El Cerrito del Santuario, en la vereda La Floresta se dice, fue un observatorio astronómico donde los muiscas observaban el movimiento de la tierra con relación al sol, con el fin de divisar los solsticios y equinoccios, las épocas de verano y de invierno, de fundamental importancia para el conocimiento de la siembra y la cosecha. La elevación rocosa que se conoce como la Isla del Pantano de Martos.