Los jefes de Estado y de gobierno de la UE debaten este jueves una hoja de ruta para reforzar la unión monetaria, alentados por el desbloqueo de la ayuda a Grecia y el acuerdo hacia la creación de un supervisor para sus bancos, pero en medio de inquietudes por Italia.
"Lo peor ya ha pasado, pero necesitamos hacer más", dijo el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy al inaugurar la cita, la última de este año.
El tramo del rescate a Grecia de un total de 49.100 millones de euros, bloqueado desde hace meses, ha recibido la luz verde y comenzará a ser desembolsado "a partir de la próxima semana", indicó el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, al finalizar la reunión de ministros de Finanzas de la zona euro.
"La posibilidad de una salida de Grecia de la zona euro está muerta. Los sacrificios del pueblo griego no fueron en vano", celebró el primer ministro griego, Antonis Samaras.
Antes de fin de este año se entregarán a Atenas 34.300 millones de euros y en los primeros meses de 2013, los 14.800 restantes.
El desbloqueo, después de varias idas y venidas, es un incentivo más para los europeos que buscan acelerar medidas para salir de casi tres años de crisis de la deuda iniciada en Grecia.
En la madrugada de este jueves, tras catorce horas de negociaciones, los ministros de la Unión Europea alcanzaron un "histórico" acuerdo para aprobar el Mecanismo para la Supervisión Bancaria (MUS), primer paso de la unión bancaria del continente y que permitirá, una vez que sea operativo, la recapitalización directa de las entidades más asfixiadas.
Como si de una gran carrera contrarreloj se tratara, los europeos lograron sortear algunos de sus grandes escollos para salir de la crisis, poco antes de llegar al fin de este año.
La ayuda para Grecia es vital para evitar que el país, hundido en la recesión y con un desempleo que supera la cuarta parte de su población activa, se declare en suspensión de pagos.
Las autoridades griegas han cumplido una a una las exigencias de sus principales acreedores, la UE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE).
Grecia cumplió el martes con el programa de recompra de su deuda, con el que pretende, junto con otras medidas, reducir considerablemente el peso de la deuda pública del país "hasta alcanzar el 124% de su PIB en 2020", una de las exigencias de sus acreedores para desembolsar el préstamo.
Pocos días después de recibir el Nobel de la Paz, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se reúnen durante dos días a partir de este jueves para reforzar la unión monetaria.
Pero una amenaza inesperada vuelve a planear sobre el continente, luego del anuncio del primer ministro italiano, Mario Monti, de que dimitirá una vez aprobados los presupuestos italianos y el posible regreso al poder de Silvio Berlusconi.
El exmandatario italiano dijo que sería candidato "sólo si fuera necesario", ya que el magnate de las comunicaciones tiene "muchas cosas que hacer fuera de la política", según declaró a la televisión belga.
Los mandatarios europeos debaten un proyecto de Van Rompuy con una hoja de ruta para "garantizar la irreversibilidad" del euro. La primera etapa, que comienza a fines de este año, consiste en asegurar que se "corte el vínculo entre" deuda bancaria y deuda pública. En ese sentido, el acuerdo para crear el MUS es clave.
Sin embargo, el MUS "estaría operativo en marzo de 2014", por lo que la recapitalización directa de los bancos con problemas, sin que esto engrose la deuda pública, sólo podrá ocurrir a partir de esa fecha.
Respondiendo a las exigencias de Alemania, considerada la locomotora de la zona euro, la propuesta de Van Rompuy también pide dar más poderes a la Comisión para intervenir en los presupuestos nacionales.
La segunda etapa, entre 2013 y 2014, estará consagrada a la reestructuración y liquidación de los bancos en dificultades. Pero en esta fase, los países de la eurozona estarán obligados a firmar contratos bilaterales con Bruselas sobre las reformas que se comprometen a emprender para corregir sus desequilibrios.
En la tercera, a partir de fines de 2014, se buscará la puesta a punto de un mecanismo para amortiguar los choques económicos.
La idea es cerrar el año con varias batallas ganadas, ya que no se podrá decir que la crisis de la deuda está terminada.
Pero el presidente del parlamento europeo, Martin Schulz, se lamentó por la falta de protección social en el proyecto de Van Rompuy.
"Como representantes del pueblo, estamos irritados porque el pacto social que habíamos pedido no está incluido en el documento", dijo.
"Además de los indicadores presupuestarios y macroeconómicos, también hay que tener en cuanta el empleo y los indicadores sociales", añadió Schulz, un socialdemócrata alemán.
AFP