“You are the pretender”: el himno que coreó el Campín | El Nuevo Siglo
Foto El Nuevo Siglo
Miércoles, 2 de Octubre de 2019
Ante más de 28 mil personas los Foo Fighters se presentaron por segunda vez en Bogotá. El vocalista de la banda, Dave Grohl, prometió volver.

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A las 4 de la tarde la carrera 30 a la altura del Estadio El Campín comenzaba a sufrir el caos vehicular propio de un evento para el que la capital pareciera no estar preparada. Las vallas impedían el paso y la fila para el ingreso llegaba, en ambos sentidos, hasta más allá de los límites impuestos por las calles 53 y 63. Los fanáticos con sus camisetas de Nirvana, Foo Fighters y otras bandas de rock aguardaban pacientemente su ingreso. Algunos demoraron hasta media hora en llegar hasta el primer filtro de seguridad.

Con esa inventiva propia de los colombianos las camisetas, los botones, los distintivos y todo lo que tenía que ver con la banda ya estaba en las calles, se respiraba un ambiente de nostalgia pues muchos de los asistentes habían pisado cuatro años antes la misma grama, habían dado los mismos pasos para ver a los mismos artistas, los estadounidenses que habían viajado desde Seatle para deleitar al público.

Los ‘Foo’ no son cualquier banda, para nadie es un secreto que el vocalista Dave Grohl tocó junto a Kurt Cobain en Nirvana y que gracias a la influencia de los grandes como Led Zeppelin y Queen creó un sonido propio que lo ha llevado a viajar por el mundo. Esta vez estuvo en Bogotá, dónde según él está “el público más loco del mundo”.

La previa

A las 4:30 de la tarde las luces que iluminaban la grama del estadio estaban prendidas.  Los más ‘gomosos’ habían llegado desde mucho antes, desde las 10:30 de la mañana, cuando se abrieron las puertas.

Los asistentes al concierto conformaban una mezcla de estratos y edades bastante interesante, las chaquetas de cuero, los jeanes ajustados, los taches a la vista, las botas punk, las pintas más diversas, pero el color negro siempre fue el protagonista. Esta mancha casi como el petróleo comenzaba a llenar cada espacio vacío de un estadio que respiraba casi que al unísono esperando a una sola banda.

Juan Camilo, uno de los asistentes, compró la boleta apenas se abrió la preventa “apenas salió la compré. Esta banda la sigo desde que tengo memoria, desde que recuerdo. Me vine desde Barranquilla  solo para verlos”.

Juan Esteban cuenta que su situación es parecida pues viajó desde Medellín, en bus, y llegó al terminal a las 8 de la mañana del miércoles, esperó una hora, desayunó en cualquier parte y se fue derechito para El Campín. “Yo no podía perder esta oportunidad, la vez pasada no tenía plata, esta vez tenía que verlos”.

Catalina, otra asistente, sostiene que, “había venido en el 2015, La historia de la banda me encanta Dave Grohl me inspira muchísimo, esa manera de expresarse por medio de la música”.  

Para Julio Correal, productor y locutor de radio, “este es un sold out, se vendió todo. Los últimos conciertos se han agotado, este, Scorpions, Backstreet Boys, igual; Billie Eilish que lanzan la boletería ahorita en noviembre seguramente va a pasar lo mismo. Lo que yo veo es que aquí hay un negocio el verraco, me va a tocar volver al negocio y dejar la radio”.

El Calentamiento

A las 6 de la tarde y luego de que cayó la tupida noche bogotana. Tenacious D, la banda creada por Jack Black y Kyle Gass, comenzó con su rock apocalíptico, los músicos pese a que fundaron la agrupación en 1994 como un dúo comedia, ahora son artistas reconocidos en la escena rockera. El show fue casi el mismo que hicieron en Rock in Rio, el mítico escenario donde han tocado grandes como Queen y Iron Maiden, pero Bogotá se lo gozó como si fuera la primera presentación de los estadounidenses.

“Mucho gusto, nosotros estamos (sic.) Tenacious D, mejor banda del mundo, mejor que los Beatles, los Roling Stones  y Shakira”, dijo Black para luego romper las risas con los acordes de Rize of The Fenix. Los músicos no podían dejar de interpretar Saxaboom un éxito en el que Black interpreta un saxofón de juguete.

Durante la presentación de la banda Black tuvo que parar varias veces a tomar aire, se notaba que los 2.600 metros más cerca de las estrellas estaban haciendo mella en sus pulmones acostumbrados a la altura de las playas de Los Ángeles, California. El grupo de eterno rock adolescente hizo su duelo con el diablo y luego se despidió con su éxito “fuck her gently”.

Regreso a los 90

Luego del viaje bluesero con el que se estrenó la noche, a las 8:30 de la noche, llegó Weezer con su rock de los 90. “Buddy holly” fue la canción que abrió la presentación. “hola parceros, somos Weezer, estamos felices de conocerlos ¿rumbeamos?” preguntó Rivers Cuomo vocalista principal. La banda sorprendió a los asistentes con el cover de la famosa canción “take on me”; de hecho calentaron la noche con el clásico de Nirvana, Lithium y antes de cerrar deleitaron los oídos de los más metaleros con Paranoid de Black Sabbath.

La banda no pasó desapercibida con sus canciones, entre otros éxitos tocaron Island In The Sun y Beverly Hills en cuyo video aparece el emblemático Hugh Hefner y la Mansión Playboy.

Tras la salida de  Weezer del escenario, la espera se hizo larga, los asistentes se agolpaban contra las vallas, las personas de logística tiraban bolsas de agua, mientras los equilibristas de la cerveza vendían el vaso a 10 mil pesos. No se sabe cómo entran, ni como salen, pero el personaje que grita “guaro, guaro, guaro” en Rock al Parque, también estaba allí, y esta vez el líquido que vendía estaba a 60 mil pesos la media botella.

La libertad que se desprende del Rock, de esa generación que a través de la música encontró una manera de reflejar la tristeza y el desamor, así como el sinsentido de la existencia, se vivía en la grama, en las tarimas, en todo lado. Nadie sabía de dónde venía el olor a Marihuana, ni cómo había llegado hasta allí, pero es seguro que la requisa de las autoridades no fue tan exhaustiva como pareció. El olor se fue mezclando con el humo del escenario y con otros efluvios como el del cigarrillo y el de los cuerpos apiñados. Pese a que había guardias de seguridad en el público se les reconocía porque a su alrededor había espacio  y mientras hacían presencia el humo desaparecía, para volver a los sentidos de los asistentes una vez el del radio y la linternita se había alejado.

El Show Central 

Los extraterrestres aterrizaron en la gramilla a las 9:15 de la noche, los Foo Fighters, como se les denominaba a los objetos voladores no identificados que veían los aviadores de la segunda Guerra Mundial, comenzaron con All My Life.  Grohl mantuvo su rift pegajoso que ejecutaba a la perfección con una Gibson azul recién afinada. Luego atacaron con Learn To Fly durante toda la presentación, que duró cerca de dos horas, se pudo ver porqué esta banda es un ícono del rock, unen perfectamente los sonidos estridentes y muy fuertes del grunch de los 90, con el Punk y el Groove de inicios de siglo.

La banda tocó clásicos como Run y dejó que el público los acompañara. La felicidad de Grohl se le notaba en la cara; hace cuatro años el concierto se interrumpió por un fallo en la luz; hoy los asistentes, sin recibir una orden expresa, prendieron las luces de todos los celulares e iluminaron el escenario lo que creó un ambiente de luz blanca que fue acompañado con la oscuridad de la tarima.

Los ‘Foo’ se deben a su público, en internet figuran cientos de videos en los que se ve al vocalista cediendo su puesto a uno de los asistentes, pese a que esta vez no fue así, como ya es tradicional en la banda, cambió puesto con el baterista Taylor Hawkins para interpretar el éxito de Queen, Under Pressure.

Cada uno de los miembros de la banda Nate Mendel, Pat Smear, Taylor Hawkins,  Chris Shiflett y Rami Jaffee, tuvieron un espacio para lucirse con sus instrumentos y para demostrar que gracias a su calidad musical y virtuosismo es que la banda ha llegado tan alto.

“Llevamos 25 años juntos, tenemos muchas canciones, algunos son suficientemente viejos para recordar el primer álbum y el segundo, yo quiero tocar canciones de todos nuestros álbumes. Yo creo que hoy vamos a tocar muchas canciones, hasta que nos digan que paremos, hasta que ustedes nos digan que paremos”, dijo Grohl y no faltó a su promesa.

El característico grito rasgado del vocalista se repitió más de 10 veces. La banda terminó su presentación con ‘Everlong’ y una promesa que los asistentes esperan que sea cumplida, “han sido cuatro años desde la última vez que nos vimos ¿mucho tiempo?, la próxima solo serán tres años, ¿no?, ¿Dos?, está bien ¿solo un año?” dijo el vocalista después de disculparse por que fue el único que no se aprendió ni una sola palabra en español a diferencia de sus teloneros.

La banda salió, las luces del estadio El Campín se volvieron a encender y en la mañana cuando todos los vasos de cerveza se recojan del suelo del escenario aún la atmósfera estará vibrando tras aquellos que siguen preguntando a sus recuerdos si: “Is someone getting the best of you?”.