Yoani Sánchez, una ciudadana en contravía | El Nuevo Siglo
Lunes, 3 de Febrero de 2014

Marcela Madrid Vergara

Especial para El Nuevo Siglo

Cartagena

 

Terminaba elmes de enero y los periódicos latinoamericanos dedican parte de sus titulares al esperado encuentro que nuevamente reúne a los jefes de estado de la región: la II Cumbre de la Celac en La Habana, Cuba.  

 

Mientras tanto, Cartagena recibía a los más reconocidos escritores, periodistas, cineastas e intelectuales de todo el mundo para la novena edición del Hay Festival. Entre ellos, a la bloguera cubana Yoani Sánchez, quien desde 2007 narra con una mirada crítica las realidades cotidianas de su país a través de las redes sociales.

 

Antes de salir de su país para cumplir esta cita, dejó testimoniado en su blog Generación Y, el ambiente que se vivía en las calles por cuenta de la cumbre: “Las llamadas se pierden en la nada, los mensajes de textos no alcanzan su destino (…) en las esquinas de ciertas calles proliferan hombres que tocan nerviosamente el audífono disimulado en su oreja (…)La ciudad está tensa, temblando, en alerta: ha empezado la Cumbre de la CELAC”.

 

Ya en Cartagena, en conversación con Jon Lee Anderson, insiste que aunque vio arrestar amigos y tuvo que soportar que vigilaran su casa, viajó antes de presenciar alguna manifestación de apoyo: “me hubiera gustado ver algún guiño, algún presidente que dijera: ‘sabemos que mientras estamos reunidos hay gente en los calabozos y con los teléfonos cortados’”.

 

Yoani Sánchez, con 38 años, es tal vez una de las personas que más incomoda al gobierno cubano. Filóloga de profesión, periodista a la carrera, disidente, bloguera, twittera, fue galardonada con el premio de periodismo Ortega y Gasset y la revista Time la catalogó uno de los 100 personajes más influyentes de 2008. “Soy una rara mezcla entre hacker y lingüista, pero mi título  favorito es el de ciudadana”, asegura.  

 

Cree en el poder de las redes sociales para generar conciencia. Mientras tiene lugar el encuentro en el teatro Adolfo Mejía, toma varias fotos al público y no para de reportarse a sus 545 mil seguidores en twitter. Esta obsesión toma sentido cuando narra el “trabajo de albañilería” que debe hacer en su país para lograr publicar cada foto, comentario o entrada de su blog. “Una hora de Internet en Cuba vale un tercio del salario mínimo, así que hay que usar la creatividad”. Se va a los hoteles, donde hay acceso a la red,  con la información en USB y, cada vez que bloquean su página les dicta por teléfono los textos a sus amigos en el exterior.

 

Paradójicamente, la mejor promoción de su trabajo la terminan haciendo quienes se oponen a este. Con cada censura se despierta el interés de sus coterráneos, pues como ella misma asegura, “no hay nada más atractivo que lo prohibido. Me agreden, me insultan, han sacado varios programas de televisión en horario estelar en mi contra, lo que me parece una propaganda buenísima”.

 

Mientras el público aplaude sus palabras, la charla es interrumpida brevemente por unas arengas que vienen de fuera: “Yoani Sánchez, criatura de la CIA, arriba Fidel, abajo el imperio”, gritaban 12 personas alzando pancartas fuera del escenario. Pero en el lugar no había más que elogios para la invitada, quien dejó a todos intrigados con el anuncio de su nuevo proyecto colectivo, con el que busca acompañar a los cubanos en la transición. A pesar de la insistencia de su interlocutor, se rehusó a revelar la fecha y el nombre de este nuevo medio.

 

Tras pocas horas en La Heroica, esta ‘ciudadana’ regresó a la realidad de su país natal, donde el cambio por cuenta de las ‘reformas raulistas’, a su parecer, no es precisamente el resultado de las buenas intenciones: “Aunque creo que son estrategias para mantenerse en el poder, porque se han dado cuenta de que ya no convencen, podemos aprovecharlas…¿Permiten los teléfonos móviles? ¡A twittear se dijo!”.