El director de cine estadounidense Woody Allen lanzó en Roma su último filme, "To Rome with love" (A Roma con amor), protagonizado por Penélope Cruz y Roberto Benigni, un homenaje a la Ciudad Eterna donde los personajes rememoran los fascinantes años de la Dolce Vita.
"Crecí con el cine italiano", confesó ante la prensa el cineasta neoyorkino, de 76 años, tras el estreno de la versión italiana de su nuevo filme, filmado en Europa como sus últimas tres películas.
Para su nueva comedia romántica, Allen escogió rodar cuatro historias en un único escenario: Roma, una ciudad que, asegura, le resulta "extremadamente exótica".
"Contrariamente a Londres o París, lugares comprensibles para un estadounidense, Roma es muy exótica, el estilo de vida es muy diferente, como sus colores", comentó.
Antes Allen visitó Barcelona en "Vicky, Cristina, Barcelona", viajó a París en "Midnight In Paris", la que le valió un Oscar al mejor guión original, y rodó en Londres "Conocerás al hombre de tus sueños".
La nueva y última aventura europea de Allen narra "las aventuras y desventuras" de varios personajes en la capital italiana, entre ellos dos turistas estadounidenses, a través de cuatro historias independientes.
La postal de Roma del talentoso cineasta estadounidense cuenta con una sensual Penélope Cruz, una de sus actrices fetiches, en el papel de prostituta, quien vuelve a trabajar con Allen tras lograr el Oscar como mejor actriz de reparto con su delicada comedia barcelonesa.
"Allen nos sorprendía cada día, es alguien particular y muy preciso con los actores", reconoció la actriz española, quien asegura que su papel es "una joya", pese a que llegó a "enloquecerlo" con sus preguntas.
Allen, invitado con frecuencia a Roma para tocar clarinete en conciertos veraniegos, tampoco podía dejar de contar con el divertido director y cómico italiano Roberto Benigni, ganador de tres premios Oscar por la "Vida es bella" (1998), quien encarna a un hombre común al que confunden con una estrella y lo persiguen sin descanso los paparazzi.
"Allen es el único director que consigue unir en una misma película el estilo del cineasta Ingmar Bergman y el cómico Groucho Marx", comentó divertido Benigni.
Proyectada este viernes por primera vez a la prensa italiana, el canto de Allen a Roma se estrenará oficialmente con una elegante noche de gala en el moderno Auditorio de la capital.
Con imágenes clásicas como el Coliseo, las escaleras de plaza España, típicos policías urbanos en medio del tráfico y 'paparazzis' retratados en una mezcla de inglés e italiano, la película resultó para varios críticos un vistazo muy turístico de la mítica capital italiana, inspirado de alguna manera a obras maestras del cine como "Vacaciones Romanas" (1953) y "La Dolce Vita" (Fellini, 1960).
La cinta, rodada durante el verano del año pasado, será programada en Italia a partir del 20 de abril y saldrá en Estados Unidos el próximo 21 de junio con el título definitivo de "To Rome with Love", tras haber sido cambiado unas tres veces.
"Es muy raro que Italia sea el tema de un filme. Es como un eclipse de luna", reconoció Benigni, quien ironizó sobre la actualidad de la película en la que aparecen coches de lujo, mujeres bellas y gente famosa sin motivo como ocurre en nuestros días.
"Parece la historia de hoy con (el escándalo por corrupción) de Umberto Bossi, pero cuando Woody Allen rodó no era así: estaba (Silvio) Berlusconi como primer ministro, las prostitutas, las fiestas, Bossi y el sol", dijo el cineasta italiano.
Allen desmintió por su parte que tenga programado dedicar una película a Copenhague (Dinamarca) y aseguró que su próxima película la rodará entre Nueva York y San Francisco.
"No haré jamás un filme en una zona rural ni en el desierto", concluyó.