Los diseños de las prendas que componen la colección de la marca española están basados en esta filosofía oriental que habla de la imperfección y lo incompleto
UN SISTEMA filosófico de la cultura japonesa, el “Wabi-Sabi”, que habla de la belleza de la imperfección y de lo incompleto, es la inspiración de la nueva colección de la marca española Adolfo Domínguez con prendas en las que se resalta un alto contenido de colores primaverales y técnicas de esta cultura oriental.
“Frente al enaltecimiento occidental de la perfección, el Wabi-Sabi pone en valor las marcas que el paso del tiempo imprime en la materia y en el espíritu”, afirmó la marca española.
Esta temporada inicia reflexionando acerca del origen. “El origen del color es el no color, el negro, y este define la paleta de tono primaveral, con acentos de rosa, blanco y rojo”. El origen de las prendas, se explora a través del estampado principal realizado con un patrón base de sastrería en organdí.
Dentro de la colección se podrá percibir el juego de luces de la transparencia del organdí que deja ver el alma de la prenda, su origen. Aparece también un snake print que nace del Nemaki, una técnica en la que se sumergen las telas anudadas en agua tintada, de modo que surgen estampados irregulares. Y por último, se explora el origen de la indumentaria en la tradición japonesa con versiones de la chaqueta kimono o el pantalón de samurái, y su interpretación en la colección viaja entre la sastrería y la delicadeza de la organza.
Con la entrada de la época del calor, el colorido y los tejidos de estas prendas empiezan una esperada transición. La base está impuesta por los azules y el kaki. “Sobre ellos, guiños ácidos en lima y rosa”. Se reflexiona sobre la identidad a través de un estampado en el que el uso del logotipo se revisa, eliminando la mitad del nombre y disponiéndolo de forma que llega a casi no identificarse.
Este es un ejercicio, ofrecido por las prendas de esta colección, que apela a la negación del estatus, la autoría y la simbología. En una simbolización pura del Wabi-Sabi, nace un estampado de camuflaje a partir de papel reciclado que se rasga y alcanza un aspecto arenoso, envejecido y quebrado. El resultado es un camuflaje muy especial hecho a base de papeles rotos. Las siluetas ahora buscan el equilibrio y el minimalismo para dar lugar a un juego de superposiciones.
“Y por supuesto, aparece la arruga en los tejidos para hablarnos del paso del tiempo y la longevidad. Una colección que ensalza lo modesto, lo humilde y lo no convencional; una reflexión que pone en valor todo lo que el paso del tiempo aporta al cuerpo y el alma. Una filosofía que solo entiende que algo deja de evolucionar y ser bello cuando muere”.
Un referente mundial
La marca española fue fundada por Adolfo Domínguez, quien nació en Trives, un pueblo de Ourense, en Europa. Este artista de la moda estuvo, desde corta edad, rodeado de este mundo del estilo, ya que creció entre costuras y además, tuvo una formación en arte y cine en París.
“Llegó a la moda española influenciado por los diseñadores japoneses del momento. Su propuesta se basó en la sobriedad y en la libertad. Fiel a su estilo, Adolfo Domínguez viste a ‘la inmensa minoría’, en palabras memorables de Juan Ramón Jiménez. Su primera tienda la abrió en la ciudad de Ourense en 1976 donde presentó la primera colección de hombre”, así lo relata la página web de la marca.
El creador español no solo ha dedicado su vida a diseñar para hombres o mujeres, en su catálogo se puede encontrar desde ropa para mascotas, hasta para barbies. Además de estar en las principales pasarelas del mundo, Adolfo también está presente en fragancias.