DESDE HOY, la directora Ella Margarita Becerra invita al público a sumergirse nuevamente en la vida de las hermanas Bonnet para disfrutar de un complejo dispositivo escénico donde roza las emociones y dramas de cada personaje, con la obra La bailarina y la escopeta. Con la dramaturgia de Santiago Merchant y las actuaciones de Cony Camelo, Paula Edwars, María Adelaida Palacio, Mauricio Sarmiento y Antón Tarsov.
La bailarina y la escopetaregresa a la Casa de la Maldita Vanidad en una corta temporada que inicia a partir de mañana y termina el 10 de marzo. Esta pieza que fue creada en el marco del Ciclo Mirada Paralela 2015 y que tiene como fuente de inspiración la obra del autor ruso Antón Chéjov.
Esta es una mañana especial en la vida la familia Bonnet. Nina Bonnet, antigua gloria del ballet del Gran Teatro de Este Mundo, espera la llegada de su hermana Almudena quien después de cinco años de ausencia regresa de Europa con la intención de recomenzar su carrera de bailarina y coreógrafa y de darle un nuevo impulso al teatro que las dos hermanas heredaron de su padre. Su marido Cironni irascible y desconfiado hace todo lo posible por ocultar que está a punto de perder el teatro por culpa de las deudas y las hipotecas.
Agustina, hija de Almudena quien ha estado al cuidado de sus tíos durante la esencia de su madre tiene encerrado en su cuarto a Mirko el fotógrafo del teatro con quien mantiene una relación ambigua y clandestina. La unión de todos estos elementos llevará a los personajes a enfrentar las viejas deudas del pasado que los dejaran expuestos y vulnerables, en un lugar árido desde el cual recomenzar.
Para llegar a esta pieza inspirada en la obra de Chéjov, la directora y el dramaturgo realizaron un acercamiento al autor a través de los cuentos recogidos en una edición y selección de Sergi Bellver en el libro Chéjov comentado del 2010. Además de revisar su biografía y la correspondencia que mantuvo con Olga Kneeper, primera actriz del teatro de Arte de Moscú y esposa del autor. Tras la lectura de estos relatos encontraron varios elementos en común, tanto desde el punto de vista temático como formal que llamaron su atención y son los que se desarrollan en La bailarina y la escopeta. “A través de esta pieza realizamos un ejercicio de imitación tal como lo hiciera, en su momento, el mismo Chéjov con la con la narrativa de Tolstoi” afirma la directora.