Volver a Colombia… ¡una maravilla! | El Nuevo Siglo
Miércoles, 25 de Julio de 2012

Por Carlos Higuera

Sanlúcar de Barrameda

 

El papel de embajadores de Colombia ante el mundo que les fue encomendado lo están siguiendo al pie de la letra los 250 expedicionarios de 54 países que por estos días recorren España en desarrollo de la última etapa de la Ruta Quetzal BBVA.

Cada uno habla de lo maravilloso que fue el paso por Valle, Tolima, Magdalena, Bolívar, Atlántico y Bogotá. En lo único que no coinciden es en el lugar que más les gustó, aunque exaltan el valor de las gentes que a su paso los hicieron sentir como si estuvieran en casa, que los hicieron olvidar la nostalgia de estar lejos de sus padres, hermanos y amigos, así como las incomodidades que demanda una expedición como esta que dirige Miguel de la Cuadra-Salcedo y que este año ajusta su versión 27, la cual fue dedicada a la Real Expedición Botánica del Reino de Granada.

Para unos Ambalema es un lugar al que hay que regresar; para otros, Cartagena, los Farallones en Cali o Bogotá, ciudad a la que califican de “hermosa”, aunque “la gente no fue tan especial con nosotros como en otras ciudades”.

Algunos quieren volver para ver si la mata de café que plantaron en Panaca creció y de paso aprovechar para conocer lugares a los que quisieron ir y no pudieron por cuestiones de las exigencias de la Ruta.

Julia Deitz, nacida en una pequeña población de Luxemburgo, lo único que lamenta es no tener dinero para regresar pronto a Colombia. “Los paisajes no me han impresionado, pero sí su gente y su arquitectura. Cartagena es muy bella. Tuve la oportunidad de recorrerla porque nos dieron tiempo libre y quedé impresionada con las casas de la zona antigua, porque son grandes y coloridas. Y en Bogotá hay mucha diversidad en las construcciones. Definitivamente quiero volver”.

Para la española Blanca Piriz Ambalema (Tolima) es un lugar que encanta. “Me gustó mucho y quiero volver. Cuando sea grande y trabaje lo haré. No lo dudéis”.

“Además San Basilio de Palenque me fascinó. Ese es un lugar donde te sientes especial, muy especial, porque la gente, sin tener nada, lo da todo. Uno veía a los niños descalzos, se notaba que les faltaban cosas básicas, pero nos atendieron como reyes, eso hay que valorarlo y volvería solo por darles las gracias”.

Vicky Requena, una monitora a la que los zancudos y demás bichitos de las zonas que visitaron trataron como al peor enemigo, al punto que sus piernas parecen una mazorca por tanta picadura y unas ronchas que fue necesario extirpar por parte de los médicos, asegura que así tenga que enfrentarlos, volverá a Colombia a recorrer zonas que no pudo conocer.

“La verdad, los paisajes no me han impresionado. Ya conocía Paraguay, donde viví, pero la variedad de frutas, de música, de culturas, su arquitectura y la gente, enamoran, hacen que no te quieras ir y si te vas siempre anhelas volver”.

Houda Mhader, una sensual marroquí de 17 años, quiere volver a recorrer los sitios por los que anduvo con la Ruta Quetzal BBVA, pero con más tiempo para conocerlos bien, disfrutarlos y compartir con sus gentes. “Lo malo es que me toca trabajar para conseguir el dinero e ir, pero Colombia es uno de los lugares a los que quiero ir muchas veces”, asegura.

A su vez, la rumana Elena Denisa Petrescu abre sus ojazos azules al escuchar el nombre de Colombia. “Es muy lindo. Su gente es maravillosa y hay mucho para conocer. Lástima que el tiempo era corto y tocaba hacer muchas cosas en un día, pero seguro que volveré y disfrutaré de sus paisajes. En mi país no hay nada parecido, no tenemos esas montañas tan hermosas, esa variedad de bosques. Ha sido una experiencia muy enriquecedora”.

“Ufff… la música colombiana es maravillosa. Yo he aprendido a mover las caderas gracias a sus ritmos, siempre me han gustado y quería estar allí. Desde luego que lo ideal sería volver y disfrutar, además, de su gastronomía, de su diversidad cultural, de sus paisajes que son divinos y de muchas otras cosas que me sedujeron”, manifiesta la uruguaya Carla Isabella Sanattore.

Para otros, el estar en Colombia los hizo ver que en España no tienen montañas “sino lomitas, al lado de las de Colombia” y que en general tenían una idea errónea de lo que es el país y sus gentes. “La verdad nos ha encantado, seguro que la Ruta volverá porque hay mucho por ver. Ahora solo hemos visto una pequeña parte de las grandes maravillas que tenéis”, asegura Iñaki, uno de los camarógrafos.

Y los conceptos sobre Colombia, sus frutas, bosques, maravillas como el Parque Tayrona, la Bogotá que los acogió con un sol esplendoroso y un frío recalcitrante en las noches y las gentes que los hicieron olvidar que estaban lejos de casa emprendiendo una aventura, son reiterativos, y al final Miguel de la Cuadra-Salcedo, el fundador director de un programa que nació por el rey de España don Juan Carlos, define a la nación que acogió a la Ruta Quetzal BBVA como “un país que tiene muchos países dentro por su diversidad cultural, musical, de costumbres, así lo demuestra y eso lo hace mucho más atractivo, bello e invita a conocerlo. Por eso estos muchachos están cumpliendo con la tarea que les puso el presidente Santos de ser embajadores de nuestro país”.