Por: Pamela López
Periodista de EL NUEVO SIGLO
EXPLOSIÓN DE talento y un juego de poder en el escenario crean la fórmula perfecta, y el camino al éxito, de Venus en piel. La obra de teatro, que tiene como protagonistas a Marcela Mar, quien también se estrena como productora, y a Julián Román, inicia su temporada este viernes.
La puesta en escena es una visión contemporánea de David Ives de la obra escrita en 1870 por Leopold von Sacher-Masoch, Las Venus de las pieles. La dirección de esta versión está a cargo de Fabio Rubiano, quien trabajó meticulosamente con los actores para llevar a las tablas una producción muy colombiana, pero con sello internacional.
“Van a ver una obra impecable en todo aspecto. Marcela, además de ser una actriz muy guapa, está haciendo un personaje maravilloso y creo que este es un teatro de texto, de autor, que a la gente le gusta”, le comentó a EL NUEVO SIGLO, Julián Román.
Venus en piel, además de ser un juego de poderes entre los dos personajes, Vanda y Thomas, es un juego de roles, en donde el dolor y el sufrimiento son puntos clave de la historia, simplemente porque ellos dos lo quieren así. “Es una obra de seducción, de sadomasoquismo, que plantea una tensión entre estos dos seres. Venus en piel tiene momentos divertidos, de sometimiento, porque Vanda le mueve el mundo a Thomas y lo pone contra las cuerdas, y viceversa”, aseguró Marcela Mar, en entrevista con este diario.
Pero, ¿cómo abordar temas que siguen siendo tabú aún en esta época?, pues es gracias a ese ‘tire y afloje’ que se presenta en escena entre los personajes, que la producción propone una reflexión de las relaciones del siglo XXI y de lo que ocurre cuando los dominados quieren que los dominen.
“Va a haber algo muy interesante con el sadomasoquismo porque no será una cuestión de golpes, sino que habrá un sometimiento mental representado con un juego de palabras. La gente que ha podido ver los ensayos entiende el lenguaje y hace parte del espectáculo, y eso es lo que va a pasar en la obra”, añadió Román.
Por otra parte, Mar comentó que “si nos remitimos al contexto en el que fue creada la obra, pues hablar de que un hombre quiera ser sometido por una mujer y que una mujer se preste para ese juego, no era muy ortodoxo; entonces los personajes harán una reflexión de este tema. Teatralmente va a haber dolor y lo que se vuelve interesante es que los protagonistas asumen un sufrimiento que quieren vivir”.
Podríamos decir que Venus en piel también presenta una lucha de género, pues la historia inicia con Thomas, director egocéntrico, que está en busca de la actriz perfecta; sin embargo, ninguna de las adicionadas sirve para el papel hasta que llega Vanda, quien con actitud sumisa conquista a este hombre que se dará golpes de pecho por desear a la representación hecha cuerpo de lo que más aborrece: las mujeres actrices.
De esta forma llega una propuesta a las tablas colombianas, con la que se toma el riesgo de que el público se enamore de dos personajes sumamente atractivos que juegan, sensualmente, a la dominación.