Una comerciante de arte que supuestamente engañó a dos importantes galerías de Nueva York en la compra de cuadros falsificados, presentados como obras de maestros modernistas, fue acusada de fraude, lavado de dinero y evasión fiscal.
Los fiscales dijeron que Glafira Rosales, de 56 años, será procesada en un tribunal de Manhattan el viernes, por vender más de 60 obras de arte falsas entre 1994 y 2009 por un total de 33,2 millones de dólares.
Rosales también está acusada de ocultar el producto de sus ventas, habiendo enviado la mayor parte del dinero a cuentas bancarias en el extranjero y presentado declaraciones de impuestos falsas.
La mujer enfrenta hasta 20 años de prisión si es declarada culpable de fraude y lavado de dinero, los cargos más graves de los siete en su contra.
"La acusación muestra un círculo completo de fraude perpetrado por Glafira Rosales: pinturas falsas vendidas por cuenta de clientes inexistentes y dinero depositado en una cuenta bancaria oculta", dijo Preet Bharara, el fiscal estadounidense a cargo del caso.
Según los fiscales, Rosales logró convencer a las galerías neoyorquinas de que algunas de las obras previamente desconocidas provenían de dos clientes -uno en Suiza y otro en España- donde ella había creado cuentas bancarias para recibir los pagos.
Los fiscales dicen que el cliente suizo, presentado como un individuo rico que había heredado las obras de arte, era "pura ficción", mientras que el español era un coleccionista de arte real pero que nunca había poseído las pinturas que supuestamente ella ponía a la venta o tenido algún negocio con Rosales.
El éxito más espectacular de Rosales fue la venta de una supuesta pintura de Jackson Pollock conocida como "Sin título 1950" a la galería Knoedler and Company, en ese momento la galería más antigua de Nueva York.
En 2007, la entonces presidente de Knoedler, Ann Freedman, vendió la obra a un coleccionista de Londres, Pierre Lagrange, por 17 millones de dólares.
Lagrange descubrió posteriormente que dos pinturas utilizadas en la obra habían sido inventadas después de la muerte de Pollock y demandó a Knoedler y Freedman en mayo.
Días después de que se presentara la demanda, Knoedler quebró después de 165 años a la vanguardia en el mercado de arte de Nueva York.
Además de la demanda de Lagrange, al menos otros cinco juicios fueron iniciados por compradores que sospechaban que vendían falsificaciones, motivando una investigación de la policía federal estadoundiense FBI.
Otras obras proporcionadas por Rosales fueron vendidas por Julian Weissman, un importante comerciante de arte que representó al artista Robert Motherwell. Rosales está acusada de haber suministrado al menos siete obras falsas de Motherwell, así como otras presentadas como obras de Mark Rothko y Willem de Kooning.
Rosales, quien niega los cargos en su contra, ha estado bajo custodia desde que fue detenida en mayo.
Las autoridades federales consideran que existe un riesgo de fuga debido a sus importantes fondos en el extranjero.
AFP.