Venas de ingeniero, corazón de literato | El Nuevo Siglo
Sábado, 19 de Abril de 2014

Por Jorge Consuegra*

Especial para EL NUEVO SIGLO

 

Uno no puede imaginarse a un ingeniero de caminos escribiendo poemas y menos haciendo una revista cultural, pero ‘la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida’, y ese milagro se da en Carlos Enrique Ruiz, quien desde siempre ha estado sumergido en ese mundo fascinante de los libros y de la cultura en general.

 

De acuerdo a eso sigue empeñado en sacar adelante su revista Aleph, que sin lugar a dudas es una propuesta interesante, pues se compone de la historia y trayectoria que hay en el país.

 

¿Su mundo ha estado siempre rodeado de cultura?

CARLOS ENRIQUE RUIZ:Por esas cosas extrañas e inexplicables mi destino, desde la más temprana infancia, ha estado inmerso en la cultura. En ese mundo de los libros, periódicos, las revistas, artes plásticas y la música.

 

¿Cuáles fueron los primeros libros que tuvo en sus manos?

CER:El primero, sin la menor duda, fue la Alegríade leer, de Evangelista Quintana, esa inolvidable cartilla que tuve en los niveles 1 y 2 de la escuela primaria. Luego fueron apareciendo en mis manos El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, y otros que me topaba por ahí.

 

¿Qué ha leído más, poesía o narrativa?

CER:He leído de todo. Pero pasados los años me he aclimatado en la lectura de poesía y de ensayo, por lo que acudo a leer novela y cuento de manera muy selectiva. También me gustan los libros de reportajes y crónicas.

 

¿Cuáles fueron los temas de sus primeros escritos?

CER:He escrito poesía en todas las épocas de mi vida, y sin falta artículos, ensayos y reportajes para periódicos y revistas. Asimismo dispongo de decenas de libretas escritas a mano, de donde han ido saliendo los libros que he conseguido publicar, con modestia y sin tocar puertas de nadie.

 

¿Por qué decidió estudiar ingeniería?

CER:En el bachillerato fui un estudiante aplicado en todas las áreas, con excepción de religión, para la cual estuve negado. Las matemáticas, la física, química, literatura y filosofía fueron campos a los cuales les presté una particular atención. Al graduarme comenzó el problema de decidir a qué programa universitario iba a acceder, por lo que pensé en la carrera de filosofía y en ingeniería civil. Me decidí por esta última debido a las posibilidades de tener un trabajo mejor y remunerado para ayudar a mi familia.

 

¿Qué le cautiva de Borges?

CER:Me cautiva la genialidad ejercida en escrituras creativas como poesía y cuento. También la ensayística, de absoluta singularidad, con sindéresis en el manejo del idioma y de las ideas. Y por último su caudalosa memoria, la cual lo hace ver como una enciclopedia viviente.

 

¿Qué lo llevó a publicar la revista Aleph?

CER:Creo que influyó la empatía que comencé a tener con el ingeniero y arquitecto Alfonso Carvajal-Escobar, en 1966 en la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales. Además de la pasión que comenzó a despertarse en mí por la lectura de El retorno de los brujos, donde encontré El Aleph de Borges, bajo la idea de simbiosis universal, lo que llamamos comúnmente como la comprensión unitaria.

 

¿Qué satisfacciones le ha dejado la publicación?

CER:Más que satisfacciones ha sido mi razón de ser en el mundo. Es una especie de crónica de una obsesión en mi vida y la de quienes me acompañan, como Livia a la cabeza, hijos, nietos, amigos, el consejo editorial, entre otros. Actualmente estoy en los 48 años de la revista y cuento con 168 ediciones en el primer trimestre de 2014. *Libros y letras