Una selección de 27 obras del reconocido pintor alemán Gerhard Richter, elegidas por el propio artista y que repasan todos los periodos de su carrera, estarán en exhibición hasta el 8 de octubre en el Museo de Arte del Banco de la República.

Bajo el título Sinopsis,esta retrospectiva in nuce, como podría denominarse la exposición, es organizada conjuntamente por el Banco de la República, el Institut für Auslandsbeziehungen (IFA) y el Goethe Intitut.

La muestra en Bogotá será exhibida paralelamente a Panorama, otra de las obras del artista, organizada en conjunto por la Tate Modern de Londres, la Neue National Galerie de Berlín y el Centre Pompidou de París.

“Muchas personas creen que otras técnicas son más atractivas para exhibir en un museo, que ya nadie mira los cuadros. Pero mi profesión es la pintura. Es lo que siempre me ha interesado. Ahora que he llegado a cierta edad, parece que ambos venimos de una época diferente. De todos modos, no sé hacer nada más. Sigo convencido de que pintar es una de las habilidades más básicas del hombre, así como bailar o cantar, tiene algo humano que permanece en nosotros”, afirma Gerhard Richter.

Definir la obra de Richter no es fácil, especialmente por la pluralidad de su estilo, que va de lo figurativo a lo abstracto y del color al blanco y negro. Tampoco es sencillo explicar por qué un pintor es por estos días el artista vivo que mayores ventas registra en los mercados del arte, en una época en la que la pintura ya no es tan valorada.

Es claro, y él mismo lo ha dicho en varias ocasiones, que se trata de un pintor clásico, tanto en el ejercicio de la profesión como en la visión que tiene del arte. A Richter se le reconoce un continuo afán por revitalizar la pintura, como medio y como lenguaje, a partir de un cuestionamiento constante de sus recursos, que se hace evidente en las distintas y opuestas etapas de su trabajo.

Las 27 obras que conforman esta Sinopsis fueron elegidas por el propio Richter. “Pedirle al artista que diseñe una exposición como esta, es requerirle una especie de autorretrato, a través del cual él se considere representado a sí mismo y a su obra”, explica Götz Adriani, historiador de arte alemán y uno de los encargados de traer la exhibición al país.

Las obras repasan todos los periodos en su carrera como pintor, que ya superó los 50 años de trabajo y que hacen evidente su capacidad de reinventar la pintura.

Así, se verán desde las “foto-pinturas” de los años 60, las jaulas de colores, la abstracción gestual y el blanco y negro de los 70; la interpretación que hace en los años 80 de retratos, episodios históricos y paisajes; así como una de sus comisiones públicas, el Negro, Rojo, Dorado para el interior del antiguo edificio del Reichstag en Berlín.

La exposición abarca trabajos creados entre 1977 y 2000; de éstos, aproximadamente la mitad hacen parte de sus reproducciones de obras pasadas conocidas en el conjunto de su obra como las Ediciones.