Los niños tendrán un espacio único en la Feria Internacional del Libro de Bogotá con historias sacadas de los cuentos de hadas y de las fábulas de Rafael Pombo, y es precisamente el pabellón de Corferias que lleva el nombre del colombiano el encargado de que los pequeños lectores descubran mundos mágicos a través de la lectura y de la amplia programación que tienen preparada.
“Nos enfocamos en los niños, los adolescentes y los padres de familia que están invitados para que compartan con los pequeños. Este año tenemos una propuesta que se llama Viajar para contar: una expedición con la imaginación, en donde el eje central del pabellón es la sala de lectura y los talleres y encuentros creativos que tenemos con los niños. Quisimos trabajar esos talleres creativos inspirados en las regiones de Colombia sin que sea un acercamiento literal con ellas. Tenemos un pabellón para recorrer y asombrarse con lo maravilloso de la realidad y la fantasía, aparte de que tendremos algunas actividades en conjunto con la Cámara Colombiana del Libro con invitados reconocidos como: Satoshi Kitamura, Paloma Valdivia y Vivian Mansour. Además tenemos conciertos especializados para todos los niños con bandas como Rockcito y Maria Sol Peralta” aseguró la Coordinadora Cultural de la Fundación Rafael Pombo, Juliana Orozco.
Con este pabellón la magia de las regiones colombianas se podrá descubrir de una manera poética, en la que los niños podrán interactuar y conocer más del territorio nacional a través de la poesía y con la ayuda de expedicionarios, quienes guiarán la visita por el pabellón: “Siempre estamos pensando en los conceptos y en el entorno en el que nos encontramos porque creemos que como individuos y colectividad no estamos alejados de lo que nos rodea. La idea este año es jugar con la palabra imaginar, y con esta podemos viajar a todas partes, por eso empezamos a investigar sobre Colombia y descubrimos varios lugares y datos que son muy interesantes. Sin embargo, cuando los niños los leen no lo ven como cifras sino como un lugar mágico, por ejemplo: Lloró es un municipio de Chocó en donde llueve casi todos los días del año, así que nosotros lo pusimos de una forma muy poética para que los niños disfruten de ese recorrido que se hace en el pabellón”, agregó Orozco.
Con la idea de hacer un recorrido a través del pabellón por las diferentes regiones del país, lo que pretende la Fundación es que los niños exploten su imaginación y viajen a lugares únicos con su mente: “No queremos que esto parezca una guía educativa, creemos que todo lo que vivimos como individuos son experiencias formativas. Nosotros no hacemos educación formal sino que las cosas se hacen por placer o por gusto. Si hablamos de educación nos referimos a enriquecer nuestro mundo interior, entonces definitivamente el pabellón será un lugar de estímulos”, comentó Orozco acerca de las dinámicas que tendrán en la FILBo.
La programación infantil que tendrá la Feria del Libro pretende acercar a los niños a la lectura, incentivarlos y motivarlos con métodos en los cuales le puedan tomar cariño y se conviertan en un hábito de vida. Así mismo, los padres deben trabajar para que sus hijos le tomen el gusto a la lectura: “Estamos convencidos de que el mejor método es ofrecer espacios placenteros en donde se pueda establecer una relación afectiva con lo que se está haciendo. La idea no es decir hay que leer, sino es un placer leer; claro está, no solo libros sino imágenes y exposiciones. Los padres deben entender que los niños aún tienen la capacidad de asombrarse y crear mundos únicos con la imaginación. Los adultos somos los que nos hemos ido olvidando de eso”.