UNA experiencia sensorial que a través de la música, la narración y el dibujo lleva al público infantil a sumergirse en una obra que fusiona teatro y armoniosas melodías es lo que se vive en “Dibújame una música”, espectáculo que se presentará solo hoy y mañana en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.
El autor de esta producción es Damien Luce, quien lleva una exitosa carrera reuniendo sus distintas pasiones: la música, el teatro y la escritura. Este intérprete de piano, en compañía del dibujante Federico Mozzi y un narrador, invita a los niños a dejar volar su imaginación y creatividad.
Para ello toma como punto de partida la Historia de Babar, el pequeño elefante, una de las obras más populares del compositor francés Francis Poulenc.
En un verano de 1940, mientras el compositor Francis Poulenc estaba de vacaciones en la casa de sus primos, los niños dejan un libro en el atril del piano. Se trata de La Historia de Babar de Jean de Brunhoff. “¡Tocanos eso!”. Con ternura, Francis Poulenc empezó a improvisar las aventuras del famoso elefante. Este momento es al origen de una de sus más bellas composiciones.
Que los niños dejen volar su imaginación estimulando su oído y su creatividad, es el propósito de Damien Luce y Federico Mozzi con el espectáculo Dibújame una música. Historia de Babar y otros relatos. Luce estudió música en el Conservatorio Superior de París, en la clase de Billy Eidi y en la Juilliard School de Nueva. Su profundo interés por la literatura lo lleva a menudo a tratar temas poéticos como la naturaleza, la niñez y mitología. Mozzi, por su parte, estudió Diseño Gráfico de la Universidad de Buenos Aires. Desde el año 2011 se especializó en dibujos en vivo con técnicas manuales y digitales.
El espectáculo
Dibújame una música fue creado en Buenos Aires en julio del 2014 en la Usina del Artee y se ha presentado en Argentina, Uruguay, Francia, y ahora en Colombia.
El espectáculo inicia a media luz con La historia de Babar, el pequeño elefante, de Poulenc. Mientras Luce interpreta el piano y hace las veces de narrador, Mozzi va dibujando en vivo. Lentamente los trazos van tomando forma y dan vida al tierno elefante que lo ha inspirado. Mozzi completa sus dibujos figuras que va ubicando a medida que lo pide la narración.
En la segunda parte los niños son los protagonistas. Las luces de la sala se encienden y el maestro de ceremonia les dice a los pequeños artistas que va a tocar para ellos y que la idea es que ellos dibujen lo que se les venga a la cabeza. Poco a poco la inspiración fluye y cada niño empieza a crear sus propias obras de arte.
Dibújame una música es un divertido espectáculo para toda la familia, en donde el público es al mismo tiempo el protagonista.