Los nuevos proveedores de contenidos audiovisuales, que operan en internet como Netflix o iTunes, deberán respetar cuotas de contenidos europeos en sus catálogos y contribuir al financiamiento de la creación en la UE si prospera una modificación a la legislación existente revelada este miércoles por la Comisión Europea.
Bruselas quiere que estos proveedores, que modifican los paradigmas del consumo de contenidos audiovisuales, operen en la Unión Europea (UE) bajo las mismas reglas que los operadores históricos, que están sujetos a estrictas reglas.
Los actores tradicionales deben difundir al menos 50% de contenidos europeos e invierten en su creación un 20% de sus ingresos, contra menos de 1% para los nuevos actores, según la Comisión.
La Comisión propone que los nuevos actores ofrezcan un mínimo de 20% de producción europea en sus catálogos, cuando en la situación actual las reglas varían de un país al otro y la cuota puede ir de 10 a 60%.
"Tenemos una cultura de filmes europea y pensamos que este contenido debe figurar en esos catálogos", dijo el comisario europeo para la economía digital, Günther Oetinger que estimó como "un objetivo razonable" una cuota de 20%.
Los actores más conocidos del sector, como Netflix o iTunes, ya ofrecen más de 20% de obras europeas, según la Comisión, por lo que esta modificación no los impacta.
Pero con las nuevas reglas, la Comisión quiere que los Estados miembros de la UE exijan a estos nuevos actores a que contribuyan financieramente a la producción audiovisual europea, un sistema ya establecido en Francia en donde la producción cinematográfica nacional está subsidiada con contribuciones de los operadores históricos.
Netflix ya manifestó su oposición en el pasado a que se impongan cuotas o a subvenciones, y prefiere en cambio dar prioridad al desarrollo de sus propios contenidos, incluso en Europa.
Desde principios de mes, Netflix ofrece en su catálogo su primera producción en francés, la serie "Marseille" protagonizada por Gérard Depardieu.
Bruselas también insta a los Estados miembros a que las plataformas para compartir videos, como YouTube, respeten las mismas exigencias que los canales de televisión o los proveedores de videos a la demanda en lo que respecta a la protección del menor frente a la violencia o la pornografía.
La propuesta de la Comisión deberá ser discutida en el Parlamento Europeo y negociada con los Estados miembros, por lo que podría sufrir modificaciones, antes de ser eventualmente adoptada.
La asociación de televisoras comerciales en Europa estimó en un comunicado que las propuestas de la Comisión "van en la buena dirección" pero pidieron poder "competir libre y justamente con todos los proveedores de contenidos" para poder continuar produciendo "contenido europeo de alta calidad".
- Fin al bloqueo geográfico -
Al mismo tiempo que esta modificación general de las reglas para los contenidos audiovisuales, la Comisión propone otra modificación a las reglas en la era digital, esta vez para el comercio transfronterizo en internet.
Bruselas propone erradicar el "bloqueo geográfico" en la UE, una práctica utilizada por las plataformas de venta en línea para discriminar a los consumidores en función de su lugar de residencia.
La legislación propuesta prohíbe el bloqueo del acceso a los sitios desde otro país y la discriminación que ejercen los operadores. Cubre la venta de todo tipo de productos y servicios, desde el almacenamiento de datos hasta la venta de entradas para conciertos o alquiler de automóviles.
Los contenidos audiovisuales están sin embargo excluidos.
Esta nueva legislación tendrá que ser aprobada o modificada por el Parlamento Europeo y los Estados miembros antes de entrar en vigor.
En una próxima revisión de esta legislación, si logra aprobarse, la Comisión no excluye que se incluya la venta de música o libros electrónicos.
En los sectores concernidos por la reglamentación, las plataformas de venta en internet no podrán redirigir automáticamente a los usuarios hacia una versión local de la página visitada. Pero los sitios no estarán sin embargo obligados a hacer entregas a domicilio del otro lado de una frontera, explicó la Comisión.
Las entregas transfronterizas son un obstáculo de talla al comercio digital en el mercado único europeo, y las tarifas pueden ser disparatadas, por lo que la Comisión propuso además que se imponga una mayor transparencia al sector.
"Muy a menudo la gente no puede acceder a las mejores ofertas cuando hacen compras en línea o deciden no comprar en otro país porque los precios de entrega son muy elevados", lamentó el vicepresidente de la Comisión Europea a cargo del mercado único digital, Andrus Ansip, en conferencia de prensa.
Esta propuesta fue saludada por la asociación de consumidores europeos, BEUC, que estimó "beneficiará a los consumidores".