Alrededor de 400 millones de “tuits” es lo que recibe a diario la Biblioteca del Congreso estadounidense, que es ya la más grande en títulos depositados del mundo, luego de que en el 2010 hiciera un trato con la red social para almacenar los trinos electrónicamente desde el 2006 hasta ese año. En este momento el archivo cuenta con 170.000 millones de micro-mensajes.
Entre los “tuits” guardados para la posteridad se encuentran el primero que se publicó en la red social, firmado por uno de sus cofundadores, Jack Dorsey; o el de Barack Obama anunciando su elección como presidente de Estados Unidos en 2008.
Pero, al contrario de lo que ocurre con los archivos tradicionales, o incluso con los almacenamientos digitales de páginas de internet, los mensajes de Twitter llegan en flujo continuo, aumentan cada día y son cada vez más rápidos.
La Bibliotecarecibe desde los tuits más variados, los más originales, los verdaderos hasta los falsos retuits y todos en lenguas diferentes. La Biblioteca recibió hasta 500 millones de tuits diarios el pasado mes de octubre, un gran aumento en comparación con los 140 millones de febrero de 2011.
Sin embargo, el archivo que maneja la Biblioteca es tal vez uno de los más pesados, pues tiene más de 133.000 GB. Siendo así, la institución se limita a recolocar los tweets borrados o protegidos, anticipando así las críticas sobre la vida privada. Por otra parte, sólo autoriza el acceso a los “tuits” hasta seis meses después de su publicación, que es cuando llega el momento de borrarlos.
Pero el almacenamiento de “tuits” es delicado, sobre todo cuando se registra un pico de micro-mensajes sobre un acontecimiento en particular como el ocurrido durante el tsunami en Japón de 2011, el cual generó miles de mensajes por segundo, así lo afirma según Chris Moody, director operacional de Gnip, empresa encargada del archivo.
Siendo así, la Biblioteca no ha podido responder todavía a las 400 peticiones de investigadores del mundo entero que han solicitado consultarlo desde que nació el archivo en 2010, y que trabajan en temas tan variados como el periodismo ciudadano, las tasas de vacunación o las previsiones bursátiles.
"La tecnología para que los investigadores accedan a estos datos está muy por detrás de la que permite producirlos o distribuirlos", subraya la institución y para eso "no podemos poner sólo a tres ingenieros" reconoció el jefe de Twitter, Dick Costolo.
Realizar una búsqueda entre los datos de 2006-2010 tomaría hasta 24 horas, un tiempo inapropiado según la Biblioteca, que también afirma necesitar miles de servidores para garantizar su calidad y eficiencia.
Pero los “tuits”, más fáciles en su acceso, son paradójicamente más difíciles de seleccionar: “Tampoco sabemos quién ha leído los tuits, a diferencia de los destinatarios de los periódicos” asegura Lee Humphreys, profesor de Comunicación en la Universidad Cornell en Washington D.C. La página web Politwoops va más lejos: archiva los tuits borrados por los políticos, que son para ellos "borradores clarificadores". Las empresas se interesan también en seguir de cerca esta red social, esencialmente con fines de marketing, y representan la mayoría de los clientes de Gnip, que les venden series seleccionadas de “tuits”, según Moody.
No obstante, a falta de poder acceder a los archivos del Congreso, cada usuario de Twitter podrá archivar sus propios tuits, gracias a una nueva opción lanzada por la red social en diciembre./AFP