INFALTABLES en la mesa de la mayoría, como principal o acompañamiento, las sopas a pesar de que su frecuente consumo no es adecuado para un balance nutricional, se han posicionado como un plato tradicional en los hogares colombianos.
Así lo revela un estudio de la multinacional Sodexo que ubica el factor de consumo de la sopa por el orden del 90% en todas las regiones del país.
Colombia es un país que se ha caracterizado, entre otras cosas, por su riqueza gastronómica. Cada región tiene sus preferencias, y esto aplica para las sopas, una opción ampliamente apetecida en el menú diario, que sin importar el estilo vida actual, tan ajetreado, sigue siendo predilecta en la alimentación del país cafetero y no está cerca de desaparecer.
“Teniendo en cuenta el estilo de vida actual y la inmediatez que se requiere, esta preparación se convirtió en un aliado del día a día de los trabajadores, pues usualmente requiere menos tiempo de preparación (para quienes cocinan) y en restaurantes, por ejemplo, es un plato que puede ser servido de inmediato”, afirma Joaquín Suárez, gerente de gastronomía de Sodexo.
A pesar de esto, y por la tendencia de una vida “más saludable”, resulta menos atractivo en las industrias de Banca (75%) y Servicios (70%), debido a que tiende a omitirse o reemplazarse por fruta, debido al contenido calórico que puede significar como un adicional a la bandeja ‘normal’ que se sirve.
“Una sopa que contenga proteína como carne, pollo o pescado, acompañada de una porción de ensalada y fruta, es un plato principal y no se le debe añadir muchos acompañantes, pues resultaría excesivo y no muy saludable”, indica Adriana Ruíz, coordinadora del Programa Equilíbrate de la mencionada multinacional.
“La sopa no necesariamente significa un aporte adicional de calorías, si contiene los ingredientes adecuados y es acompañada de alimentos bajos en calorías. Este tipo de preparación puede intercalarse y así tener variedad de nutrientes en la alimentación, añadió la experta.
La sopa no sólo se incluye en almuerzo sino en desayunos y cenas, con diversas variaciones. En regiones como la Costa y Cali, son preferidas con mayor contenido sólido, a diferencia de otras regiones como Bogotá y Medellín, puntualiza el informe.
Así entonces, a parte del sabor, se puede concluir que la preferencia de los colombianos por este plato en su mesa diaria no se alude únicamente al sabor, sino indudablemente al arraigo cultural, y por lo mismo es y será un eterno favorito.
Vale dejar claro que aunque el ajiaco, el sancocho, el mondongo, y las de arroz y pasta son las más demandadas por los colombianos, hay un gran número de estas delicias en el menú colombiano como son, entre otras, la de cebada perlada, el cuchucho de trigo con espinazo, la mazamorra chiquita, el cocido boyacense, la de plátano, lentejas, el mute, o la de guandú, muy típica de la costa caribe colombiana.