LA luz natural o artificial se ha convertido en todo un concepto en el que se han generado técnicas que rompen el paradigma de lo básico y evolucionan para ser parte fundamental del ambiente, el confort de los usuarios e incluso su salud visual.
En los hogares y oficinas la iluminación es fundamental para ambientar los espacios, pero hay que hacer la salvedad, este no es un tema meramente estético. El ojo humano necesita contar en cada espacio con la luz adecuada para su óptimo desempeño.
Para sacar el máximo provecho y conocer cómo utilizar tanto la luz natural como la artificial, Schneider Electric, empresa dedicada a la transformación digital de la gestión de energía y automatización brinda algunos consejos:
1. Use luz de calidad: se dice que la luz artificial es de calidad cuando contiene solo la radiación electromagnética visible, es decir la que no incluye la luz violeta. El ojo humano se incomoda cuando esta luz está presente, por lo tanto es indispensable protegerse de esta radiación. Las lámparas son fuentes de luz artificial que emiten radiación electromagnética, por ello se recomienda el uso de lámparas de luz cálida (temperatura de color inferior a 3000 K) y de espectro comprendido entre los 440 y los 780 nanómetros.
2. Evada la luz contaminada: No toda la radiación que emite una lámpara es luz, también puede emitir otro tipo de radiaciones como la ultravioleta o la infrarroja. El espectro electromagnético de emisión de una lámpara permite valorar la calidad de la luz que emite. Las emisiones en el espectro ultravioleta, además de ser inútiles para la vista, perjudican el ojo humano. Y, además, producen un importante impacto ambiental que altera de manera significativa el ciclo vital de algunos animales y plantas sensibles a este rango espectral.
3. Utilice la luz precisa: Cada actividad requiere de una luz determinada. Por ejemplo, en los estudios, cocinas o espacios destinados para ver televisión no se recomienda usar la misma cantidad de luz. Además, al regular la intensidad de la iluminación creará un ambiente diferente en cada actividad.
4. Focalice la iluminación: En las lámparas, la pantalla debe dirigir la luz hacia la zona que quiere iluminarse para aprovechar toda la luz emitida. Evite que haya emisión sobrante y no ilumine los espacios naturales.
5. Impida el deslumbramiento: Una luz demasiado viva ofusca la vista, puede provocar confusión, malestar, incapacidad para distinguir objetos e incluso momentos de ceguera. Si utiliza luz de calidad, diríjala al sitio donde la necesita y en la cantidad precisa.
6. Encienda las luces: Es maravilloso que, a lo largo de la noche, cuando no hay luz natural, las personas puedan continuar la actividad gracias a la luz artificial, pero recuerde sólo encender las luces necesarias.
7. Respete a sus vecinos: Si instala una luz demasiado potente y brillante en los exteriores, es importante que no la ubique en los linderos de otra casa u oficina, para algunos vecinos esto puede parecer una invasión a la privacidad.
8. Respete su ritmo biológico: El respeto del ciclo día-noche es fundamental para el equilibrio psicológico de las personas. Si las luces en exteriores entran en espacios de las casas o edificios, sus habitantes no podrán descansar. Por la noche, la iluminación debe hacer que el ambiente sea agradable y acogedor para permitir que las personas puedan estar relajadas y prepararse para el sueño profundo.
9. Evite el daño ambiental: El respeto a ese mismo ciclo para los animales puede suponer el éxito de la supervivencia de muchos de ellos. Romper la claridad natural de la noche desorienta a los animales y puede afectar un eslabón de la cadena trófica, es decir, el proceso de transferencia de sustancias nutritivas a través de las diferentes especies de una comunidad biológica (cadena alimenticia). La luz modifica la conducta de los animales, altera la reproducción de algunos insectos y afecta a la polinización de las plantas, por eso es importante no dirigir la luz brillante hacia el entorno natural.
10. Concilie la luz con el paisaje: Para realizar actividades nocturnas, ponga luces que no modifiquen el paisaje de la noche. Respete la claridad natural y disfrute del firmamento estrellado. La creación de un ambiente válido requiere la convergencia de los factores estéticos -material, textura, posición, color- y de los elementos lumínicos y funcionales -luz natural y artificial formalizada eficazmente-, de manera que el bienestar del usuario se convierta en el eje sobre el que gire todo el diseño.