“CUANDO LOS diseño, no pienso en la comodidad”, dice Christian Louboutin, creador de los icónicos zapatos con suelas rojas y tacones vertiginosos, quien cree que el caminar lento es para las mujeres una “forma de libertad” que no pasa de moda.
“Las mujeres no quieren renunciar al tacón”, asegura el estilista de 57 años en una entrevista con AFP en la víspera de una exposición que se inaugura el miércoles en el Palacio de la Porte Dorée, en París, para celebrar sus 30 años de creación.
Además de ser un creativo de lujo del mundo del entretenimiento e ícono de la cultura pop, diseñó miles de zapatos, algunos con tacones de 16 cm. Hace diez años comenzó a crear zapatillas deportivas para mujeres, porque sus clientas buscaban las tallas pequeñas en la tienda de hombres.
Dibujo obsesivo
Pero el modelo que lo impulsó al estrellato en la industria del calzado es un zapato hiperfemenino que arquea el pie gracias a un tacón descomunal.
Su obsesión surgió con un cartel que mostraba un zapato con un tacón tachado en rojo, que Louboutin vio a los 10 años de edad al visitar el mismo museo que ahora acogerá su retrospectiva hasta el 26 de julio.
La imagen decía que estaba prohibido usar tacones en este lugar para no dañar el piso de parquet.
“Comencé a dibujar a raíz de ese cartel. Es posible que inconscientemente la prohibición haya jugado un papel (...) También hay una forma de misterio, de fetichismo, el diseño del zapato es muy a menudo asociado con la sexualidad”, apuntó.
Esta imagen también lo sumerge “en el universo de las curvas”, que definirá su estilo.
Pero los tiempos están cambiando. Las zapatillas deportivas se están imponiendo y se busca sobre todo la comodidad. Los tacones están abandonando las pasarelas y algunos creadores, como la italiana María Grazia Chiuri, de Dior, hacen sus desfiles con zapatos planos.
“Ser mujer también es disfrutar de tu libertad para ser femenina. ¿Por qué quedarse sin una, cuando se pueden tener ambas?”, insiste Louboutin.
El diseñador, que creció con tres hermanas con la impresión de estar rodeado de “300 mujeres”, asegura que ninguna “quiere un uniforme”.
“Pensar que las mujeres irán en una única dirección es pensar que todas las mujeres son iguales, lo cual me parece bastante restrictivo”, insistió.
Ponerse zapatos Louboutin con tacones y “dejar de correr” también es algo “positivo”.
“No hay zapatos con tacón de 12 cm que sean cómodos (...), ¡pero la gente no viene a mi tienda a buscar un par de pantuflas!”.
Un acto social poderoso
“No quiero que cuando se miran mis zapatos se diga: 'se ven muy cómodos'. Lo importante para mí es que se diga: 'es hermoso, esto me encanta'”, dijo.
Para el diseñador, la modernidad y la evolución principal del zapato, no se basa en la altura del tacón, sino en el concepto de “desnudo”.
Iniciada en 2009, su serie Les Nudes, destinada a alargar la pierna jugando en la unidad cromática con el pie calzado, se considera un acto social poderoso y pionero.
Una sala está dedicada a ella con nueve esculturas forradas en cuero producidas por el dúo de artistas ingleses Whitaker/Malem y disponibles en los colores de la colección Nudes.
Desde un teatro butanés con un holograma de la stripper Dita Von Teese hasta el “corredor pop” a través de una sala de “fetiches”donde los zapatos no portátiles y las mujeres desnudas son inmortalizadas en las fotos de David Lynch, la exposición “Exibition (niste)” pasa revista a un Louboutin conocido y también desconocido.
Para Olivier Gabet, director del Museo de Artes Decorativas y comisario de exposiciones, Louboutin es uno de los pocos que habla sobre moda y cultura popular.
“Louboutin es una palabra que aparece muy a menudo en rap, cine. La gente ve de inmediato de lo que estamos hablando”, explica.
Es una declaración que deleita al creador. “La cultura pop no está controlada ni es controlable y cuando uno está completamente asociado con ella, solo puede ser feliz”, apuntó.