Penchi Castro es un provinciano hospitalario y generoso, características propias de su región, pues fue criado en la tierra del río Guatapurí en medio de cantos de juglares, poesías de amor y desilusión, serenatas de guitarra y acordeón que sin imaginarse abrieron camino para la construcción de su vida musical.
“No me creo más que nadie, pero menos tampoco”, letra de Las mariposas, canción que lanzó al estrellato al ‘Galán del Vallenato’ quién asegura que lo más importante de todo artista es formarse para llegar a la cima. “No se puede pretender alcanzar la fama y después no saber qué hacer con ella” explicó.
Este vallenato le confesó a EL NUEVO SIGLO que su etapa de maduración la ha conseguido en Bogotá, admite que le debe mucho a la capital y que siente un gran agradecimiento por la misma. Aunque estudió Administración Agropecuaria y parte de su familia se ha movido durante mucho tiempo en la política, confiesa que su pasión, vida y espíritu es el canto.
Reconoce que su propuesta es un punto intermedio entre la nueva ola del vallenato y la vieja guardia, además manifiesta que ocupó ese espacio que pedía la gente que quería escuchar clásicos de Poncho Zuleta, Diomedes Díaz y Rafael Orozco, con un toque moderno pero sin perder la verdadera esencia.
“Junto a mi acordeonero Luis Carlos Farfán le estamos dando unos cimientos al folclor y a la cultura colombiana, queremos rescatar las obras más importantes para que la juventud conozca esta gran riqueza” aseguró Castro.
El cantante está enamorado de su carrera, de las letras del vallenato, de las notas del acordeón; al tararear “quiero morirme como mueren los inviernos bajo el silencio de una noche veraniega, quiero robarle los minutos a las horas pa’ que mis padres nunca se me pongan viejos” inevitablemente sus ojos se enlagunan, su voz se corta y una lágrima se asoma en su rostro, el sentimentalismo que evoca al cantar demuestra su arraigo con el género.
Reconocidas canciones como Simulación, Por jugar al amor, Dime pajarito, Te necesito, Nido de amor y otras que llegaron al corazón y permanecieron en la memoria de muchas personas, hoy vuelven a sonar con nuevas melodías en la voz de Penchi, quien tiene la firme idea de encantar a la audiencia y de conquistar a los que aún no las conocen.
Martín Elías, Jorge Celedón y Peter Manjarrez acompañan a Penchi en varias de las canciones de los últimos dos álbumes: Vallenatos del alma yVallenatos del alma II, producciones que han tenido una gran acogida a nivel nacional, pero sobre todo en Bogotá, Medellín y Bucaramanga.
Este hijo de Valledupar argumentó que la clave de su éxito es perseverar, confiar en el talento y querer ser alguien. Pero afirmó que le debe mucho a su primo el ‘Jilguero de América’, Jorge Oñate, quien le ha enseñado mucho y le ha mostrado el camino. “Mi objetivo es ser un músico perenne, quiero dejar una huella en la cultura colombiana, me veo haciendo una historia muy bonita en este género y espero lograrlo” puntualizó.