La célebre estatua de la Sirenita de Copenhague celebró este viernes su centenario, ante una muchedumbre de niños y adultos, que demostraron la vigencia del cuento de Andersen que ella protagoniza.
Desde el 23 de agosto de 1913, esta obra de bronce permanece sentada en una roca de la bahía de la capital danesa.
Desde lo alto de su metro y veinticinco centímetros, se ha convertido en el símbolo de la ciudad, incluso del país, tanto como la Torre Eiffel y la estatua de la Libertad.
En el cuento publicado por Hans Christian Andersen en 1837, la sirenita se enamora de un príncipe al que ha salvado de ahogarse, pero para vivir con él debe transformarse en una joven mediante un complicado hechizo.
Copenhague había previsto el viernes un espectáculo con 100 nadadoras disfrazadas de sirenas que debían formar el número 100.
La estatua sufrió varios percances en su siglo de existencia. En 1964, su cabeza fue robada y tuvo que ser reemplazada por otra. Fue nuevamente robada en 1998 por uno o varios malhechores que, aparentemente arrepentidos, la devolvieron al lugar. En 1984, alguien cortó un brazo de la sirenita.
Solamente una vez la sirenita dejó Copenhague. Fue en 2010, para ser expuesta en el pabellón danés de la Exposición universal de Shanghái.
AFP.