A tan solo cuatro días de la noche de brujas, Hollywood lanza en 3D la secuela de "Silent Hill", basada en un popular videojuego del mismo nombre y en el que una joven dominada por misteriosas fuerzas visita un pueblo embrujado lleno de monstruos y desafíos qué superar.
En "Silent Hill: Revelation 3D", Heather, Adelaide Clemens, queda atrapada en el mundo demoníaco de Silent Hill, un pueblo fantasma donde se confunden un fanático culto religioso y poderosas fuerzas del mal.
La cinta, dirigida por el británico Michael Bassett, autor del film de aventuras "Solomon Kane" (2009), se estrena el viernes en Estados Unidos y parte de Latinoamérica.
"Pero esta película es muy distinta a cualquiera otra película de terror", dijo el director, citando "Paranormal Activity 4" y "Sinister", ambas entre las más taquilleras del último fin de semana.
Las dos "tienen lugar en una casa, son buenas películas de terror y dan miedo, pero Silent Hill despliega un gran lienzo: tiene un montón de efectos especiales, de monstruos y ocurre en un mundo completamente desconocido", afirmó.
El director Bassett dijo que "no tenía razones" para modificar la ya elogiada atmósfera de la primera parte, dirigida por el francés Christophe Gans. "Sólo puse mi propia sensibilidad a ese mundo, que posiblemente es ahora un poco más oscuro, más intenso, más macabro".
Para el cineasta, que tiene otras dos cintas de horror en su haber, el mayor desafío fue "asegurar que una nueva audiencia la apreciara; y a la vez que la audiencia que ya tiene no se aburriera porque conocía la historia".
Pero se distanció de la primera porque trató de no seguir la "noción de niveles", dijo. "Igual que en un juego, sí hay la sensación de una escalada, de que las cosas se van poniendo más difíciles, pero eso es algo que ocurre en todas las historias, no sólo en los videojuegos. Así es como tiene que ser una película: para los personajes tener éxito se va haciendo más difícil".
"Lo que me gusta es tratar de tener monstruos lo más reales posibles", usando disfraces y maquillaje, cuenta Bassett. "Porque me gusta que estén en el set, que los actores puedan tener algo con qué relacionarse".
En general, los monstruos son agregados en la posproducción, por lo que los actores no interactúan con ellos durante el rodaje.
En cambio, aquí "hay un solo monstruo digital, todo lo demás es real. Traté de mantener Silent Hill lo más real posible, aunque los monstruos sean horripilantes; porque cuando se acercan a lo humano, y no lo son, meten mucho más miedo"/AFP