Lograr que los niños desarrollen hábitos adecuados a la hora de hacer las tareas, es un esfuerzo que requiere de supervisión constante. El núcleo familiar que rodea al menor, es el que se encarga de las actividades que pueden contribuir positivamente a la rutina escolar en casa, explica Claudia Marcela Rozo, profesora del Programa de Terapia Ocupacional de la Universidad del Rosario, quien destaca ciertos aspectos que pueden ayudar en este proceso.
“La tecnología en manos de menores de edad, es una herramienta que debe ser controlada, teniendo en cuenta el nivel de concentración de un niño promedio. Por lo tanto, el acceso a tablets, celulares y computadores durante el tiempo de estudio, debería limitarse a la búsqueda de información académica o actividades que desarrollen estas competencias”, explica Claudia Marcela Rozo.
“La revolución tecnológica logra que los niños se sumerjan en un mundo de posibilidades y temas para los que no están preparados. En este sentido, la persona a cargo de la rutina escolar en casa, debería supervisar constantemente cada uno de los contenidos que ve el menor y explicarle de la forma más adecuada lo que no ayuda a su crecimiento intelectual y personal”, comenta Rozo.
Con el fin de lograr establecer una rutina sin que al niño le parezca aburrida o tediosa, es necesario desarrollar un programa diario de actividades, en donde se refuercen temas de responsabilidad, enseñanza y aprendizaje. La profesora del Programa de Terapia Ocupacional de la Universidad del Rosario propone siete prácticas a padres y tutores para crear hábitos de buen trabajo escolar en casa:
1. Lavar las manos antes y después de llegar del colegio. Lo anterior, debido a que es importante crear una conciencia de higiene para evitar futuras infecciones o alergias y permitirles acceder de forma más organizada a sus materiales y útiles escolares.
2. Tener un tiempo de descanso no mayor a 20 minutos, en donde se dé el espacio para consumir alimentos livianos que permitan continuar con las actividades próximas. No son recomendables las siestas, ni la interacción con tecnología (televisión, redes sociales o videojuegos) antes de iniciar los deberes escolares, debido a que esto dificulta comenzar la rutina.
3. Una vez el niño inicia sus tareas, puede tener intervalos de descanso cada 30 minutos y que estos no superen los 10 minutos, durante los cuales no se debe prender el televisor, el celular o la tablet.
4. Durante el desarrollo de trabajos escolares, es necesario que sea el estudiante quien más esfuerzo académico realice. Es decir, el tutor no debe involucrarse tanto ni permitir que la tarea se convierta en su responsabilidad, su rol es solo facilitar la comprensión de la actividad que debe realizarse y priorizar su ejecución.
5. Es aconsejable que las tareas se realicen en un tiempo de máximo una hora diaria. Esto con el fin de que no se vuelva tedioso para el menor. En caso que el niño en ese lapso de tiempo no termine sus tareas, es necesario revisar si parte de lo que sucede es que se atrasa en el trabajo en aula y debe terminar en casa.
6. Al finalizar esta rutina, se le permite al niño consumir su cena para que se realice la digestión adecuada y luego de esto proceder a las actividades normales de preparación para el siguiente día escolar.
7. Antes de ir a la cama, se recomienda que los padres no permitan a sus hijos el acceso a celulares o televisores para que el descanso sea adecuado.
Para Claudia Marcela Rozo, profesora del Programa de Terapia Ocupacional de la Universidad del Rosario, estas prácticas deben realizarse a diario con el niño con el fin de lograr desarrollar un hábito. Es necesario el acompañamiento y supervisión constante que les enseñe a realizar de forma efectiva dichas actividades y que sea el menor quien al final pueda realizar sus tareas autónomamente.