Historias duras y crudas, inspiradas en el contexto nacional con una mirada poética conformarán el cartel del primer Festival de Teatro y Memoria, un evento al cual le abrirá sus puertas Umbral Teatro, dirigido por Carolina Vivas.

La apertura del festival será este viernes, en el Galponcito, escenario de Umbral Teatro con la obra La que no fue, un caleidoscopio de monólogos cruzados entre lo teatral y lo narrativo, surgidos de la búsqueda personal y colectiva en la historia y el imaginario de cinco actrices, llevando la obra a la construcción de una poética femenina.

También estará Rumor, propuesta de teatro multidiscinario que enfatiza el uso del cuerpo y la voz como herramientas fundamentales de creación, donde a partir de la música en vivo, y otros elementos sonoros y audiovisuales se construye una mirada poética sobre sucesos históricos que han dejado una profunda herida en la sociedad colombiana.

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Otra de las obras en repertorio es Los Martíres, su más reciente creación (2021) que con elementos de musical, entrega la visión de una realidad distópica donde la inversión de los valores ha llevado a la especie al caos, afectando a ricos y desposeídos por igual. Una comedia de humor negro, que hace uso de diversas técnicas, como la ilustración, el mapping arquitectónico, e instalaciones sonoras.

Posteriormente llegará No soy Oscar Matzerath, una metáfora del hombre común, versión libre para de teatro del texto El Enano en la Botella de Abilio Estévez. El hombre de hoy, como habitante de un mundo en el que no tiene cabida y paradójicamente, tampoco posibilidades de escapar.

Otro clásico del repertorio de Umbral Teatro es Donde se descomponen las colas de los burros que trata del afán de los personajes por defender a sus familias de un destino que parece inexorable, donde la esperanza de recuperar a los seres queridos se desvanece, sin que quede rastro de su historia.

Completa las obras del Festival, De peinetas que hablan y otras rarezas, inspirada en la vida de la recicladora más anciana que hay en Bogotá. En esta propuesta escénica conviven el teatro, la literatura, la música, la danza, instalaciones sonoras y algunos elementos cinematográficos; un lenguaje que guarda relación con el tono onírico y fantástico diseñado por la autora, como estrategia para abordar asuntos tan crudos como el desplazamiento y la violencia que genera el proceso de renovación urbana.