Una elocuencia silenciosa en virtud de los soportes y elementos que exceden sus usos y destinos es la propuesta del artista Luis Lizardo, quien llega con una exposición en donde los dibujos bogotanos son los protagonistas.
Las obras de Lizardo han indagado constantemente acerca del silencio de los materiales, ese decir mudo que es el origen de la fuerza expresiva propia de las cosas, gracias a la cual estas formas se afirman existencialmente y se instalan como presencias irrecusables y hacen del mundo una morada.
En esta muestra los soportes y elementos exceden sus usos y destinos, además se instalan como lugares de exploración en los que las texturas y caídas, la incidencia de la luz, las fracturas y dobleces, se transforman en figuras de una narración visual ilimitada, sin término.
En estos Dibujos Bogotanos es el plástico, con su sorprendente “opacidad brillante”, su ausencia de trama y maniobra, su artificialidad cromática y su viscosidad, el material que se convierte en imagen, que se desborda convirtiendo la opacidad en momento traslúcido.
Por ello, estos Dibujos Bogotanos son paradójicos, allí el plástico es usado para transportar objetos, para cubrir y ocultar su condición suplementaria y se hace sujeto de un recorrido, de un despliegue, en el que la potencia y el enigma de su consistencia material se afirma justamente porque se desfigura, porque se dona como apertura, porque se dilata entre recortes y vacíos, para que al final se convierta en lo que siempre ha sido un material irregular.
Al mismo tiempo son extraños, porque más que presencias son instrucciones potenciales, dispositivos, de una imagen posible que se consolida únicamente al apropiarse del lugar en el que se ubica, al incorporarlo a su trama, a sus vacíos, al hacerlo parte de su tejido.
El creador de esta muestra espectacular es Luis Lizardo, un venezolano que ha tenido la oportunidad de tener más de cinco exposiciones individuales y ha participado en The Modern and Contemporary Latin American Artfair, Metropolitan Pavilion de Nueva York.
Este artista ha sido galardonado por su trabajo abstracto, en ocasiones difícil de entender, pero que logra en el espectador un trance que lo hará reflexionar de los espacios en los que se mueve. La exposición estará hasta el 18 de agosto en NC-arte.
Los Dibujos bogotanos son una suerte de dibujos invertidos, en los que la imagen y sus figuras acontecen por sustracción, a través de cortes y ausencias, a partir de quiebres, dando lugar a unas estructuras dilatadas y desmoronadas, sutiles y quebradizas, con las que Luis Lizardo construye unas imágenes limítrofes, tensas, instaladas en el borde mismo de su pérdida, de su desaparición.
Estos dibujos fronterizos ocurren, acontecen, para hacer patente que están allí como potencias de una comunicabilidad pura, indefinida, que como un decir mudo, secreto y silente, se dona al cuerpo y su mirada, al conjuro de un cuerpo que las recorre y recupera más allá de toda palabra, antes y después de cualquier proposición, en el acontecer de un encuentro.