Se modificó relación entre empleados y empresas | El Nuevo Siglo
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Domingo, 28 de Agosto de 2022
Redacción Cultura

Por Mario F. Hurtado*

Colaborador de EL NUEVO SIGLO

Antes del 2020 las relaciones laborales estaban muy atadas a los ingresos salariales. En estudios realizados al menos en 50 países, la prioridad de los empleados era ser reconocidos salarialmente. Pero ese interés ha dejado de ser el eje central después de dos años de pandemia y, sobre todo, plantea preguntas sobre el futuro de las relaciones laborales, las concepciones de vida de las personas que sin duda se están modificando y van a modificar las relaciones persona – trabajo y persona – empresa.

Antes de la pandemia no había cuestionamientos sobre los horarios de trabajo. Se mantenía la arraigada cultura de levantarse muy temprano, tener rutinas de aseo y desplazamiento y comenzar la jornada laboral entre las 7 a las 9 am y terminarla entre las 5 y 7 pm. A pesar de los intentos de imponer el trabajo remoto o a distancia en algunas actividades laborales, no era posible cambiar el imaginario que, si no se está en la oficina, no se estaba trabajando. Pero la pandemia modificó eso, nos obligó en casi todas las profesiones a trabajar desde casa, y por una situación de fuerza mayor fuimos tomando conciencia que había múltiples actividades que se podían hacer desde casa, o de forma remota, actividades, procesos, seguimientos, reuniones.

El fin del confinamiento llevó a que si bien algunas empresas validaran el trabajo híbrido: presencial y remoto, en otras se intentara retornar a la presencialidad como antes de la pandemia, pero la decisión está generando reacciones inesperadas. Por ejemplo, en Estados Unidos en 2021 se presentó un fenómeno conocido como la gran renuncia, donde más de cuatro millones de estadounidenses abandonaron el mercado laboral formal con el argumento de priorizar aspectos como el bienestar personal, la flexibilidad laboral y la importancia de la comunicación de valores y el trato asertivo por parte de superiores y de empresas. El hecho ha generado una verdadera revolución y una necesidad de traer profesionales de otras partes del mundo para cubrir los cargos que han quedado disponibles.

El regreso a la normalidad trajo unos cambios que seguro se va a profundizar, por ejemplo, una encuesta realizada por una plataforma de recursos humanos europea, el 46% de los empleados en dicho continente planea buscar un nuevo trabajo. Por otra parte, la encuesta realizada por Personio, muestra el problema desde la otra orilla, y es que el 62% de las empresas europeas presentan dificultades para contratar personal cualificado y 9 de 10 directores de recursos humanos indican que les cuesta mucho fidelizar profesionales a sus empresas. Es decir, generar sentido de pertenencia y deseos de continuar en sus organizaciones.

Cuando se revisan en la encuesta, cuáles son las prioridades de los empleados hoy, aparece en primer lugar con un 71% pasar mas tiempo con la familia y conciliar la vida personal con la profesional. Dedicarse más tiempo a sus aficiones, gustos y vida social un 66%, disfrutar de tiempo flexible y recibir un trato amable por parte de sus empleadores alcanzan un 65% mientras que tener mejores ingresos llega al 60%. 



Lo que más mueve a los empleados a cambiar de trabajo según la encuesta es sufrir un ambiente laboral estresante, la falta de valoración de sus capacidades, y la ausencia de desarrollo profesional. Por otra parte, los motiva a quedarse, un ambiente laboral flexible, recibir un bono salarial o ver que su trabajo es reconocido.

Los cambios implican según el estudio, un desafío para las áreas de recursos humanos, ya que la permanente rotación de trabajadores tiene un impacto en los resultados de las empresas. En el mismo estudio se indica que el proceso de reemplazar a un trabajador en términos financieros implica hasta el tercio de un salario anual sobre el cargo ofertado.

La otra recomendación que da Pete Cooper, directo de Personio, indica que los esfuerzos de las empresas no deben estar solo en evitar la rotación permanente de empleados, sino buscar mantener una planta de trabajo motivada, productiva y competitiva, pues se afirma que la mayoría de las personas inconformes con sus cargos o empresas no renuncia y eso hace que la calidad del trabajo se reduzca y el ambiente labora colectivo desmejore.

La pandemia, despertó en miles de personas inquietudes que antes no estaban, la primera la enorme vulnerabilidad en la que vivimos, pues durante años se pensó que con los avances en la ciencia y la investigación la esperanza de vida iba a ser muy extensa, pero un virus hizo tomar conciencia que podemos morir en cualquier momento. Que una nueva pandemia nos podía dejar encerrados por años. Eso, para muchos, implicó cambios en la concepción de la vida y del trabajo. Disfrutar más del tiempo libre, viajar, descubrir nuevas culturas, valorar la familia, la vida social, los amigos. No entender el éxito como el ascenso laboral o mayores ingresos, y por eso surgen intereses por desprenderse de trabajos absorbentes y tóxicos.

Ese empleado que vive en función de la empresa, que no tiene vida social, que orienta todas sus energías a la productividad laboral cada vez es más escaso y menos valorado, por lo que las empresas también deben propender por valorar profesionales eficientes, pero que tengan calidad de vida. Se comienza a escribir un nuevo capítulo de las relaciones laborales, así como el fin de pandemia de la gripe española en 1920 hizo lo mismo y rompió las estructuras tradicionales de relaciones de trabajo que hasta la fecha habían existido.

La histórica formación para el trabajo se tiene que repensar, la educación debe debatir también sobre las relaciones humanas, el trato digno, los proyectos de vida y las formas de compatibilizar el trabajo y la vida personal.

*Consultor en Educación

@hurtadobeltrán