Pilar de la literatura estadounidense, El gran Gatsby vuelve a las salas de cine bajo la dirección acicalada y voluntariamente anacrónica de Baz Luhrmann, con un glamoroso elenco dominado por Leonardo DiCaprio que hará las delicias del Festival de Cannes.
El film, en el que también actúan Tobey Maguire, Carey Mulligan y Joel Edgerton, se estrenó la semana pasada en Estados Unidos, y el viernes llega a la pantalla gigante colombiana y de otros países de Latinoamérica, coincidiendo con el arranque del Festival de Cannes mañana.
Gatsby ha fascinado a varias generaciones de cineastas, desde la era del cine mudo hasta la adaptación realizada por Jack Clayton en 1974, con Robert Redford y Mia Farrow en los papeles principales, que ganó entonces dos premios Óscar.
Ahora es el australiano Baz Luhrmann, realizador de las decorativamente recargadas Romeo y Julieta (1996), Moulin rouge (2001) y Australia (2008), quien se ocupó de llevar al cine el clásico de F. Scott Fitzgerald, con la complicidad de "Leo" en el traje, perfectamente cortado, de Jay Gatsby.
"Creo que todo el mundo, de cierta manera, se reconoce en Gatsby", dijo recientemente el actor de 38 años en la presentación del largometraje a la prensa en el hotel Plaza de Nueva York, una de las locaciones del film.
"Es un personaje que se construye a sí mismo con su imaginación y sus sueños, se extrae de su propia juventud miserable en el medio oeste para crear esta imagen del gran Gatsby. En cierto sentido, es una historia profundamente estadounidense", prosiguió.
En la novela, Scott Fitzgerald utiliza el personaje de Gatsby, con su riqueza tan misteriosa como fabulosa, amasada con el único objetivo de conquistar a Daisy, encarnada por Carey Mulligan, para describir al Estados Unidos de los años 1920 y su arrogante prosperidad, en la que ya despuntaban las señales del declive.
"Tenemos esta joven democracia, el Estados Unidos de los años 20, y a Gatsby que quiere ser el Rockefeller de su tiempo. Obviamente, él hizo fortuna ilegalmente, pero Estados Unidos era un país joven, era una época emocionante y creo que todos podemos reconocernos en ese sueño. Todos nos sentimos fascinados por alguien que tiene tanta ambición", dijo Leonardo DiCaprio.
Rodada en Australia, El gran Gatsby se beneficia de una producción pulida con gran derroche decorativo y suntuoso vestuario.
Y si bien Baz Luhrmann no se apasiona al tratar el declive del imperio estadounidense, sí se rinde a la desmesura cuando filma las fiestas organizadas por Gatsby en su mansión, escenas en las que el director parece obedecer, así como su personaje, a la regla del "nada es excesivo".
También aplica una receta ya probada en su filmografía, que consiste en utilizar una música anacrónica para los films de época: los invitados de Gatsby bailan al ritmo de Jay Z, Florence + The Machine y Fergie.
El cineasta explica que ésta es también la música que utilizó en el set para liberar a sus actores, en particular en una de las escenas de orgía, “faltaban 20 minutos para que terminara la jornada de rodaje y todavía nadie tenía la sensación de que hubiéramos logrado una fiesta desenfrenada", recordó. "Entonces, en medio de un pasaje de jazz, puse, muy fuerte, la canción Niggas in Paris de Jay Z, que se mezcló con el jazz, y la cosa despegó".
El narrador de la historia, Nick Carraway, vecino y amigo de Gatsby, es interpretado por Tobey Maguire, quien es en la vida real amigo cercano de Leonardo DiCaprio desde que ambos actores se conocieron en un casting para una comedia televisiva hace más de veinte años.
La relación previa sirvió al film, según Maguire "Gatsby manipula a Nick pero, al final, la suya se transforma en una verdadera amistad, tal vez la única que tiene Gatsby. Eso es muy importante", dijo el actor.
"Tengo mucho afecto por Leo, así que no se me hizo difícil mostrar afecto por Gatsby mientras estaba en la piel de Nick", añadió. "Tobey y yo hemos sido siempre tremendamente honestos uno con el otro, y no sé si este proyecto habría sido posible si no hubiéramos tenido esta relación", confirmó DiCaprio./AFP