Las enfermedades del corazón y del sistema circulatorio es una de las primeras causas de muerte en el mundo. Sobre ellas influyen numerosos aspectos, algunos de los cuales no son modificables como la carga genética y la edad, mientras que otros, tales como la alimentación, el sedentarismo y fumar, hacen la diferencia, por eso evitar esos malos hábitos e implementar otros que ayuden a que ese, el musculo más importante del cuerpo sea duradero y eficaz es un hecho fundamental.
1. Mantenga una dieta correcta. Los riesgos de ataque al corazón están relacionados de manera directa con una alimentación incorrecta. Principalmente, por el abuso de comidas cargadas de grasas saturadas y transgénicas que pueden influir de manera negativa en el corazón. Por ejemplo, se debe tener cuidado con comidas tales como la sal, la carne roja o el exceso de harinas refinadas. Una de las comidas sometidas a disputa durante los últimos años son los productos lácteos, que generalmente se consideraba que contenían grasas que obstruían las arterias. Sin embargo, un estudio sueco indicaba que este alimento puede ser beneficiosa para el musculo, bajando la presión o reduciendo el colesterol.
2. Haga ejercicio físico. Las emociones negativas influyen de manera importante en el riesgo cardiaco. Al fin y al cabo, el corazón es un músculo más, que igual que cualquier otro, ha de ser ejercitado para que pueda latir exitosamente. Media hora de ejercicio es suficiente, pero es importante mantener el hábito y realizarlo a diario sin ceder a la desidia.
3. Practicar yoga, meditación y visualización. Según un estudio, la postura de Savasana, relajación profunda consciente, reduce la presión arterial en hipertensos. Así mismo los ejercicios respiratorios pueden mejorar las condiciones cardiovasculares, ya que bajan los latidos del corazón en reposo e incrementa el potencial de suministro de oxígeno durante el ejercicio. Por otra parte, visualizar una luz verde esmeralda que se direcciona hacia el pecho ofrece la sensación de cura.
4. Descanse bien. Mantener unos hábitos de sueño alterados puede ser muy dañino para el corazón, ya que aumenta el riesgo de taquicardias, así como el síndrome metabólico. Los expertos aducen que dormir pocas horas impide la producción de serotonina, lo que ocasiona una sensación de malestar que lleva a incurrir en prácticas alimenticias poco recomendables.
5. Trate de ser feliz y cuente hasta 10. Las emociones negativas suelen aumentar la presión en la sangre, lo que provoca fallos en el corazón. Además, está comprobado que la población que sufre depresión tiene cuatro veces más posibilidades de sufrir ataques al corazón, que los que no la padecen. Se considera que la depresión favorece la creación de placas en las arterias, el aumento de la frecuencia cardiaca y el número de glóbulos rojos.
6. Revise su historial familiar.Los antecedentes familiares es uno de esos factores que pueden influir de manera importante en la salud cardiaca, pero que muchas veces se pasa por alto. Eso quiere decir que es necesario indagar sobre los padecimientos genéricos que a la larga puedan ser propios.
7. Limite el consumo de alcohol. Beber alcohol puede ser un factor diferencial, ya que incrementa la presión de la sangre y lleva a un aumento de peso . Aunque, como suele ocurrir, hay opiniones para todos los gustos: un estudio realizado en España y publicado en el British Medical Journal’s Heart defendía que beber alcohol en exceso reducía en un tercio las posibilidades de sufrir problemas cardiacos. Algo menos radicales se mostraban los investigadores estadounidenses que, con Chris L. Bryson a la cabeza, defendieron que el consumo moderado de alcohol puede repercutir de manera positiva en el funcionamiento del musculo.
8. Cuidado con el cigarrillo. El uso de tabaco en exceso puede colapsar las arterias, aumentando el trabajo que el corazón debe realizar para bombear la sangre, ya que el monóxido de carbono tapona los conductos.