Miles de creyentes ortodoxos hacían fila en San Petersburgo, con una temperatura de -10º Celsius, para ver un relicario que, según la tradición cristiana, contiene el oro, el incienso y la mirra que le regalaron los Reyes Magos a Jesús.
Según los organizadores, más de 21.000 personas vinieron el martes a ver las reliquias traída del monasterio de San Pablo en el Monte Athos (Grecia) y expuestas en el monasterio Novodechi en la segunda ciudad rusa, que cuenta con cinco millones de habitantes.
La policía había bloqueado el tráfico e instalado servicios higiénicos, así como unas grandes tiendas de campaña, donde se ofrecían bebidas calientes a los visitantes.
Cientos de miles de personas ya vieron estas reliquias en la catedral de San Salvador de Moscú, antes de que se las trajera a San Petersburgo.
"Estoy feliz de tener esta suerte", declaró a la AFP Tatiana Petrova, una creyente que esperaba su turno en San Petersburgo. "Estoy dispuesta a hacer fila, no me molesta", agregó.
Los monjes del Monte Athos afirman que estas reliquias tienen un gran poder benéfico y pueden curar a personas enfermas.
Según la tradición católica, los Reyes Magos de Oriente visitaron al recién nacido Jesús y le obsequiaron con oro, incienso y mirra.