Rossina Bossio trasladó esa figura femenina, protagonista en su trabajo artístico, a espacios en donde el desorden sirve para contextualizar los sufrimientos y, a su vez, las satisfacciones por las que puede atravesar.
Extrañaes el título que lleva este proyecto en el que la colombiana se sumerge en una nueva etapa de su trabajo y le muestra al espectador ese mundo caótico, y hasta perturbador, en el que una mujer universal se ve envuelta, pero en donde también sirve como testigo.
“Esta es mi serie más intuitiva y espontánea de todas. No he partido de un concepto, sino de esos espacios que me han llamado la atención, plásticamente hablando, y los empecé a plasmar con mujeres”, le comentó a EL NUEVO SIGLO, Bossio, quien a su corta edad ya le ha dado la vuelta al globo con su arte contemporáneo y figurativo. La muestra estará hasta el 12 de septiembre en la galería LGM Arte Internacional en Bogotá.
EL NUEVO SIGLO: En Extraña las mujeres vuelven a ser las protagonistas…
ROSSINA BOSSIO:Pero es diferente en varios aspectos porque no solo me estoy enfocando en la figura humana, sino también en el espacio, y sí, me he fijado en lugares caóticos, precarios, ruinas, acumulaciones de objetos y de desechos. Ahora no tomo cualquier “reguero” sino que los escojo, porque deben tener ciertas características plásticas que me sirvan para una pintura. Por otro lado, estas mujeres aparecen en esos espacios, pero procuro que esa relación no sea explicable, mejor dicho, que a la gente le cueste entender un poco qué hace esa mujer ahí. No quiero contar una historia literal, con un principio y un fin, sino generar preguntas y que el espectador desde su experiencia de vida y desde sus propias emociones pueda elucidar lo qué está pasando allí.
ENS: Pero ninguna se involucra con el espacio…
RB:Así son todas, ninguna está activa en esa situación y la asociación con ese espacio es más una disociación. Lo que ha sucedido con esta serie, que ya se expuso en el Museo de Arte del Tolima, en Ibagué, es bien interesante porque cada persona interpreta algo diferente.
ENS: ¿Por qué decide irse por ese tipo de espacios?
RB:Viví tres años y medio en una ciudad idílica, donde todo era perfecto y a mi regreso a Bogotá sentí un choque porque estaba más caótica que cuando me fui. De manera inconsciente empecé a tomarle fotos a lo que veía en la calle, intenté encontrarle un sentido estético a eso tan caótico y desordenado que estaba viendo, quería encontrarle belleza a eso que me estaba chocando.
Con mi pintura hago un trabajo gráfico, no represento esos espacios literalmente sino que hago alteraciones, algunos cambios cromáticos, dejo visibles las primeras capas de pintura; es decir, hay un trabajo pictórico que hace que no se vuelva una “amenaza” o un espacio demasiado perturbador, hay un equilibrio.
ENS: ¿Podríamos decir que usted está obsesionada con la figura femenina?
RB:No sé si obsesionada, pero me encanta la figura femenina, no tengo nada en contra de los hombres, de hecho tengo a mi esposo, pero me parecen más bellas. Anteriormente trabajaba una serie de inquietudes alrededor de la sexualidad femenina, la concepción tradicional de mujer, pero ahora me interesa pintar una mujer que no solo hable de lo femenino, sino también de lo humano; es curioso que cuando uno pinta un hombre nadie se cuestiona si estamos hablando de la masculinidad, pero si se pinta una mujer tiene que pasar por el filtro del género. Yo quiero pintar una mujer que no pase por ese filtro y que hable de la humanidad y de cuestiones universales.
ENS: ¿Pero esa mujer podría pasar por ese “filtro” de género?
RB:Y lo va a hacer, pero lo que me parece interesante es que el espectador caiga en la cuenta de qué es lo que está haciendo esa mujer universal.