ESTAS VACACIONES se pueden considerar las más entretenidas y con mayor variedad de planes de los últimos tiempos, pues este año llega con una parrilla especial para aquellos que no saldrán de la capital a disfrutar del sol y la playa. Así, la Universidad Jorge Tadeo Lozano y el Museo Nacional de Colombia en alianza con el Ministerio de Cultura ofrecen al público la exposición Lorenzo, no como los otros, en la que se recordará la obra del artista Lorenzo Jaramillo, olvidado temporalmente de la escena local después de su muerte, en 1992.
Los visitantes de esta muestra podrán acercarse a distintas facetas de la obra de Lorenzo e identificar aspectos que hicieron su vida y su obra tan singulares: no como las otras.
“El público podrá apreciar cada una de las facetas de Jaramillo, pues este artista paisa que nos dejó muy joven, en su corto recorrido artístico experimento en diferentes técnicas, como la pintura y el dibujo en trazos poco consecuentes, dándole así a su obra una identidad única”, dijo a EL NUEVO SIGLO Diego Salcedo, curador de la exposición.
En la exposición se presentan más de doscientas piezas, entre grabados, pinturas, dibujos y objetos personales del artista, organizadas en cinco secciones: Cuerpo femenino, Ciclo vida-muerte, Celebración de la tragedia, Los pájaros del alma y Contemplación. Las cuatro primeros grupos se exhiben en el Museo Nacional y el quinto, en el Museo de Artes Visuales (MAV).
“Mediante una investigación sobre los más importantes artistas contemporáneos de nuestro país, me reencontré con la obra de Lorenzo Jaramillo, quien al morir en 1992 fue olvidado paulatinamente por los estudiosos del arte, un hecho muy difícil de creer, pues el aporte cultural de Jaramillo a las artes de la década de los 70 y 80 fue muy alto, dado que la propuesta de colores, trazos y construcción en general en sus lienzos lograron inspirar a otros artistas que esperaban seguir una propuesta fresca”, explicó Salcedo.
Con la propuesta que se hace en el Museo Nacional se busca internar al espectador en el mundo intrincado, algunas veces oscuro, y otras veces luminoso y colorido, de las décadas de los setenta y ochenta, para lanzarlo tras las bambalinas de un escenario o encerrarlo entre andamios y rejas, en un recorrido laberíntico y no lineal.
Así mismo, la idea hacer una exposición que recordará la obra de Lorenzo Jaramillo se lleva a cabo gracias al apoyo de María Victoria Robayo, ex directora del Museo Nacional y amiga de Jaramillo, quien impulsó el proyecto para ser uno de los homenajes nacionales más destacados del año.
“Nos pusimos de acuerdo y decidimos que la característica principal de la exposición tenía que ser la de recuperar aspectos no solo de su trabajo, sino también de su vida personal, pues era un hombre muy dinámico, con mucha energía, carácter e imaginación y qué mejor que contarlo a través de sus objetos personales. Entonces es allí que nace la idea de dividir la exposición en cinco partes, dándole prevalencia a la de sus objetos”, recalcó el curador.
En el Museo de Artes Visuales el espectador estará rodeado de silencio, lo que le permitirá observar meditativamente la manera en que la serie de los yacentes lo llevan por una ruta rítmica, sostenida y sosegada.
“Cabe destacar que la obra de Lorenzo además de inspirar y aportar un nuevo aire al arte contemporáneo de la época, también aportaba en la construcción cultural y social. En términos artísticos en la década de los 80´s, hubo una exploración muy fuerte de lo conceptual y de lo performativo, además de las instalaciones, pero Jaramillo resalta porque en vez de seguir las corrientes en auge, se queda con la pintura y el dibujo, lo cual lo hacía resaltar frente a otros artistas, nacionales e internacionales”, comentó el curador.
Y concluye señalando que “Otra cosa que hace a Jaramillo muy particular es que no solo se queda en esa exploración, sino también hace un trabajo de escenografía muy fuerte, lo cual lo convierte en un personaje versátil, ya que hizo ilustración, teatro y grabado, incursionando en muchas facetas. Sin olvidar que era un gran viajero, hablaba cinco idiomas, gran lector y cinéfilo”.