La polémica restauración del cuadro "Santa Ana con la Virgen y el Niño", de Leonardo da Vinci, en el Museo del Louvre ingresó en su última etapa, y los retoques finales deberán terminar antes del 29 de marzo, cuando está previsto el retorno de su exhibición al público.
La fase precedente, la de remoción parcial del barniz, fue particularmente tensa en los últimos meses con la salida de dos expertos de la Comisión Científica Consultiva formada por el museo para encarar la delicada tarea de restaurar la obra.
Segolene Bergeon Langle, responsable general por el patrimonio, presentó su renuncia a esa Comisión el 20 de diciembre, y Jean Pierre Cuzin, que dirigía el departamento de pinturas del Louvre, ya había abandonado el cargo a mediados del año pasado.
La restauradora italiana Cinzia Pasquali, quien ya había trabajado en las pinturas de la impresionante Galería de los Espejos en el palacio de Versalles, asumió en las últimas semanas la responsabilidad por los retoques a la obra de Leonardo.
"Es una fase diferente. Todo es reversible, al contrario de la fase de remoción parcial del barniz, que genera mucha tensión", dijo el experto Vincent Pomarede, director del departamento de pinturas del Louvre. "Ahora entramos en un período más sereno", añadió.
Iniciada en Florencia alrededor de 1503, esta pintura sobre madera representa a la virgen María, sentada junto a su madre, santa Ana, y a Jesús aún niño, y es considerada una obra de la madurez de Leonardo (1452-1519), que sin embargo nunca fue formalmente terminada.
La restauración de la obra fue decidida en 2009 aunque los trabajos no comenzaron hasta 2010, con el apoyo del Centro de Investigaciones y de Restauración de los Museos de Francia.