El director del ballet de la Ópera de París Benjamin Millepied anunció su renuncia al cargo tras una serie de desavenencias con la prestigiosa institución de danza clásica, que designó de inmediato en su lugar a la ex bailarina estrella Aurélie Dupont.
"Tras una profunda reflexión, he decidido poner fin a mis funciones como director de danza", indicó el coreógrafo casado con la estrella de Hollywood Natalie Portman. Millepied invocó "razones personales" y la voluntad de querer "dedicarse al 100% a la creación".
El director de la Ópera de París, Stéphane Lissner, dijo por su parte estar convencido de que Aurélie Dupont, de 43 años, "va a aportar muchas cosas" cuando asuma el cargo en septiembre próximo.
El coreógrafo estuvo apenas más de un año al frente del famoso cuerpo de ballet, donde según fuentes de la institución este ex bailarín estrella del New York City Ballet nunca hizo realmente buenas migas.
Millepied había ganado notoriedad tras su matrimonio en 2012 con Portman, a quien conoció durante el rodaje del filme "Cisne Negro", antes de instalarse junto a la actriz israelo-norteamericana en Los Ángeles, donde fundó su propia compañía de ballet "L.A. Dance Project".
Los primeros pasos de Millepied en la Ópera de París, a partir de noviembre de 2014, habían sido saludados como una pequeña "revolución". Considerado por muchos como un símbolo de juventud y modernidad, exhibía sin rodeos una voluntad reformista que lo puso rápidamente en conflicto con las reglas tradicionales de una institución que junto con las rusas sigue siendo una de las mejores compañías de ballet clásico del mundo.
- Reformas aceleradas -
Algunos bailarines jóvenes del cuerpo de ballet apreciaron en cambio ser promovidos en las nuevas creaciones coreográficas de Millepied, operadas sin miramientos hacia la jerarquía interna según la cual sólo los bailarines de nivel superior pueden ser estrellas.
Muy involucrado en la salud de los bailarines, hizo reemplazar el parqué de madera por uno menos duro para proteger sus articulaciones, apelando además a especialistas en la salud del deportista.
La dimensión "glamour" de Portman probablemente no haya sido ajena al flujo de mecenazgo que atrajo para la institución, en particular gracias a la instauración de una velada de gala al principio de la temporada.
Sin embargo, Millepied, de 38 años, figura grácil y eterna barba de tres días, probablemente haya subestimado las exigencias del puesto.
"Benjamin no tenía conciencia de que el cargo implicaba 80% de tareas administrativas y 20% artísticas", confió a la AFP un conocedor del mundo de la Ópera de París. "Quiso hacer reformas muy rápido y no tuvo el respaldo de la dirección".
"No tenía ninguna experiencia en dirección de una gran compañía de ballet y eso no se improvisa", observó Brigitte Levèvre, que dirigió el ballet de la Ópera durante 20 años.
La participación del bailarín en campañas de publicidad o una coreografía para la apertura del último festival de Cannes --en el que Portman presentaba su primera película-- irritó a algunos.
En un documental difundido en Francia en vísperas de Navidad, sus declaraciones muy críticas sobre el cuerpo de ballet que dirigía también dejaron descontenta a mucha gente.
Su salida de la Ópera de París le permitirá reencontrarse con su compañía de danza de Los Ángeles, donde su esposa, con la que tiene un hijo, conducirá con mayor comodidad una carrera cinematográfica internacional.