VOLVER A viajar por una Colombia de los años 50 y las historias de Nereo López a través de sus fotografías es la invitación que hace el Banco de la República con su Colección de Arte, en conmemoración a los 100 años de nacimiento de este cartagenero icónico y contador de anécdotas con imágenes.
El primero de septiembre de 1920 Cartagena vio nacer a un hombre singular, el fotógrafo Nereo López, quien con su oficio recorrió el país en varias ocasiones y retrató esa otra Colombia poco conocida. En su obra muestra a los campesinos, artesanos y niños en medio de sus actividades, pero también, los rituales del campo, las parrandas, las corridas de toros, la magia de las regiones colombianas y los rostros de grandes personalidades de la cultura.
Este año se celebra el centenario de su nacimiento y el Banco de la República, que en su Colección de arte conserva 50 de sus fotografías fechadas entre 1952 y 1969, lo recuerda por medio de su obra, la cual estará disponible en el portal web “Banrepcultural”.
La incesante serie de viajes por Colombia le sirvió para acumular un sin número de anécdotas y aventuras que disfrutaba contar en tertulias con sus amigos, lo que más tarde se convertiría en el Grupo de Barranquilla. Sus fotos son también la memoria de este legendario grupo, una generación de creadores que en la década de los cincuenta irrumpió y abrió las puertas de la modernidad: Obregón, Cepeda Samudio, García Márquez, entre otros.
Las composiciones de sus fotos, a pesar de ser muy espontáneas, contienen una sorprendente atención al detalle, a ese “instante decisivo”, que popularizó Henri Cartier-Bresson. Transmitió su arte en la prensa nacional e internacional, a través de medios como El Tiempo, El Espectador, la revista Life y o el brasileño O Cruzeiro. Su travesía lo acercó al cine, donde por azares de la vida, además de jefe de fotografía, actuó en el papel principal conocido como “el gringo” en la emblemática película surrealista “La langosta azul” (1955).
Su lente estuvo presente en grandes acontecimientos como la visita del entonces papa, Pablo VI en 1968, donde fue designado como fotógrafo oficial y el único colombiano participante. Nuevamente, en 1982 es seleccionado para cubrir la entrega del Premio Nobel de Literatura a García Márquez, en un trabajo impecable que dejó para la posteridad imágenes que han recorrido el mundo.
En sus palabras, su obra se nutría de “contar historias con imágenes porque no entiendo cómo se hace fotografía si no se dice algo”. Unas historias que abrieron los ojos al país, y al mundo, sobre nuestra diversidad cultural.
La Colección de Arte del Banco de la República conserva 50 fotografías fechadas entre 1952 y 1969 en las que se evidencia su agudo sentido compositivo, su particular uso de contrastes y su atención sensible a los habitantes de los cuatro puntos cardinales de Colombia como los pesqueros del río Magdalena o el río Amazonas, campesinos de Boyacá y Cundinamarca, comerciantes de Cartagena y Barranquilla, además de músicos de Sincelejo y Valledupar. Sus fotos describen poéticamente los personajes y escenarios de las múltiples historias que configuran este país.