Las dos jóvenes del grupo punk ruso Pussy Riot mostraron el martes su determinación de luchar por los derechos humanos en Rusia, especialmente el de los presos, en su reencuentro el día después de su liberación por las autoridades rusas.
Tras abandonar el lunes por la mañana el campo de detención de Nizhni Nóvgorod, María Aliójina, de 25 años, llegó en tren a Moscú para tomar el avión hacia Krasnoiarsk, en Siberia Oriental, donde la esperaba Nadezhda Tolokónnikova, de 24 años, quien abandonó el lunes por la tarde el hospital penitenciario en el que purgaba su pena.
En su reencuentro en el aeropuerto, las dos mujeres se abrazaron y empezaron a caminar cogidas de la mano, constató un periodista de la AFP.
Las dos integrantes del grupo liberadas "van a pasar dos días en Krasnoiarsk. Aquí estudiarán el proyecto de defensa de los derechos humanos del que hablaron ayer tras su liberación", declaró Piotr Verzilov, marido de Tolokónnikova, en declaraciones a la agencia Interfax.
Por su parte, el fotógrafo 'free-lance' Denis Siniakov ("un viejo amigo de ambas"), detenido a finales de septiembre en un barco de Greenpeace tras una acción en el Ártico, viajó a la ciudad siberiana donde se encontró con ambas jóvenes, según fotografías publicadas en Twitter.
"Echaremos a Putin por todos los medios"
Siniakov indicó que las dos mujeres acudirían a Moscú el jueves.
"Las jóvenes darán una conferencia de prensa el viernes en la capital. Más tarde dirán dónde tendrá lugar", declaró el fotógrafo a Interfax.
Una abogada de las Pussy Riot confirmó a la AFP la celebración de la conferencia de prensa.
Las dos jóvenes, detenidas en marzo de 2012 por "vandalismo" e "incitación al odio religioso", purgaban una pena de dos años de detención, tras cantar una "oración punk" contra el presidente ruso, Vladimir Putin. Su condena de dos años se cumplía el próximo mes de marzo.
Sin embargo, las mujeres fueron puestas en libertad en aplicación de la ley de amnistía aprobada por el parlamento ruso la semana pasada. El fotógrafo detenido en una acción de Greenpeace, acusado de "vandalismo", también se benefició de esta amnistía.
A su salida de los centros de detención, las mujeres pronunciaron palabras muy duras contra el poder ruso y anunciaron su intención de trabajar en defensa de los detenidos y por la mejora del sistema penitenciario ruso, "una pequeña máquina totalitaria", según Tolokónnikova.
"Ahora, echaremos a Putin por todos los medios posibles", señaló esta última en su cuenta Twitter, retomando una expresión utilizada por el presidente ruso al inicio de la segunda guerra de Chechenia.
"En la última colonia en la que estuve encarcelada, tuve compañeras que explicaron sus condiciones de detención a defensores de los derechos humanos. Yo haré todo lo posible para que ellas no sufran represalias por ello", dijo por su parte María Aliójina en el aeropuerto.
Tolokónnikova prometió además luchar para cambiar la situación de Mordovia, una región a 600 km al este de Moscú, donde ella cumplió parte de su pena y donde denunció anteriormente en una carta condiciones de detención próximas a la esclavitud.