El hijo mayor del cantante Michael Jackson, Prince, afirmó el miércoles ante la justicia que su padre dijo varias veces, las semanas previas a su muerte en 2009, que los promotores de la gira para la que él ensayaba en Los Ángeles lo querían "matar".
Prince, de 16 años, es uno de los litigantes en el proceso de la familia Jackson contra el grupo AEG, promotora de la serie de conciertos "This Is It" que iba a dar el rey del pop en verano de 2009.
Los Jackson acusan a AEG de negligencia por contratar al médico Conrad Murray para que cuidara de Jackson, quien murió de una sobredosis de anestesiante, que usaba como somnífero. El médico purga una pena de cuatro años de prisión por homicidio involuntario.
El testimonio de Prince, quien nunca evocó en público de forma tan detallada su vida con su padre y los acontecimientos que rodearon su muerte, era esperado con gran expectativa.
El adolescente, vestido de traje con corbata negra, cabellos largos hasta los hombros y acomodado detrás de las orejas, respondió con seguridad las preguntas de los abogados.
Cuando el abogado de la familia, Brian Panish, le preguntó sobre las semanas que precedieron a la muerte de Jackson, Prince dijo que el cantante pasaba mucho tiempo al teléfono. "¿Se lo escuchaba molesto al teléfono?", preguntó el abogado. "Sí, a menudo", respondió el joven.
"¿Con quién hablaba?", prosiguió Panish. "La mayoría del tiempo, con Randy Phillips (director de AEG). Lloraba a menudo. Decía: 'Me van a matar, me van a matar'", narró Prince.
"¿A quiénes se refería?", preguntó entonces el abogado.
"A la gente de AEG, a Randy Phillips", precisó el hijo de la estrella.
Prince aseguró que su padre estaba muy emocionado ante la idea del concierto porque los niños iban a verlo en el escenario.
El joven también narró brevemente los sucesos que se desencadenaron el día de la muerte de su padre y logró contener las lágrimas, a diferencia de los fans reunidos en una sala de la Corte Superior de Los Ángeles donde se transmite el caso en vivo.
Prince afirmó que él, su hermana Paris y su hermano pequeño Blanket, siguieron a los paramédicos en el coche y que su padre siempre le dijo "que los ángeles lo cuidarían".
Pero horas más tarde, en el hospital, "el doctor Murray nos dijo: 'Lo siento, niños, papá está muerto. Y lloró".
AFP.