Oporto, ciudad natal del recién fallecido cineasta Manoel de Oliveira debía acoger el preestreno de su cinta póstuma e inédita "Visita ou Memória e Confissões".
El legendario director, fallecido en abril a los 106 años, había pedido que la película, filmada en 1982 y entregada justo después a la Cinemateca portuguesa, no fuera mostrada hasta después de su muerte, salvo en unas pocas sesiones privadas.
Este largometraje autobiográfico debía ser proyectado en el teatro municipal Rivoli, en presencia del alcalde de Oporto, Rui Moreira, y de allegados del director.
El martes habrá un nuevo pase de la película en la Cinemateca portuguesa, en Lisboa, antes de su estreno internacional en el Festival de Cannes, en la sección "Cannes Classics", donde se muestran antiguos filmes restaurados y documentales sobre el cine y sus protagonistas.
Según el director de la Cinemateca, José Manuel Costa, la cinta no aporta "ninguna revelación chocante" sobre la vida de su autor, pero se trata de "un retrato auténtico, sincero y directo del hombre y su forma de pensar", dijo a la AFP.
Gran maestro del cine portugués, Manoel de Oliveira murió el 2 de abril. "Rodar es mi trabajo y mi pasión. Mi vida ha pasado demasiado rápido y no tengo tiempo que perder", decía, desbordante de energía, hace varios años.