Los vuelos hacia Egipto han sido suspendidos. Asia es demasiado cara. Y Moscú desaconseja viajar a Turquía. Los turistas rusos se han quedado sin sus destinos favoritos en las últimas semanas.
"Es imposible imaginar el sector turístico ruso sin Turquía", aseguró el martes la portavoz de la Unión Rusa de Turoperadores, Irina Tiurina.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, acababa de anunciar la primera medida de represalia después de que la aviación turca abatiera un cazabombardero ruso en la frontera con Siria. Moscú desaconseja a sus ciudadanos que viajen a Turquía porque la amenaza de atentados "no es menor que en Egipto", afirmó el canciller.
"Nuestros ciudadanos que se hallan en Turquía podrían estar en peligro", insistió el presidente Vladimir Putin.
Las agencias de viaje se han apresurado a suspender todas las ofertas de estancias en Turquía.
Éste había ordenado a principios de noviembre la repatriación de todos los turistas rusos presentes en Egipto y la anulación de los vuelos hacia ese país, después de que un atentado reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI) causara la caída de un avión ruso con 224 pasajeros a bordo en el Sinaí.
En menos de un mes, los turistas rusos han perdido sus dos destinos favoritos. Turquía y Egipto, con sus playas soleadas, representaron en 2014 un tercio del mercado, con 3,3 millones de turistas rusos en Turquía y 2,6 millones en Egipto.
"Desaparece la mejor solución de recambio para Egipto", lamentó la Unión Rusa de Turoperadores en un comunicado. "En Turquía, en invierno, sólo están abiertos los mejores hoteles de cinco estrellas con piscinas y spas. Todos los demás destinos están más lejos y son más caros".
- Los siberianos en Asia -
Tras la anulación de los vuelos a Egipto, la mayoría de los turistas ya habían decidido cancelar o aplazar sus viajes en vez de elegir otro destino.
Svetlana Fomenko, la directora de la asociación turística de Novosibirsk, en Siberia, aseguró a la agencia Ria Novosti que el sureste asiático es el destino más popular para los habitantes de la zona. Pero para los rusos que viven en la parte europea, más alejada, esa región es mucho más cara que Turquía y Egipto.
Los hogares rusos han sufrido, además, una reducción muy brusca de su poder adquisitivo, a consecuencia de la crisis económica provocada por la caída de los precios del petróleo y las sanciones occidentales vinculadas a la crisis ucraniana. La depreciación del rublo encarece mucho el coste de los viajes al extranjero.
Cada vez más rusos renuncian a su viaje. Las estancias turísticas en el extranjero se redujeron en un 33,8% en el primer semestre respecto al mismo periodo de 2014.
Crimea, la península ucraniana anexionada por Rusia en 2014, se convirtió en un destino de moda para los rusos el verano pasado, pero esto podría cambiar en los próximos meses, después de que Kiev anunciara un bloqueo comercial y tras los actos de sabotaje que dejaron a la región a oscuras el pasado fin de semana.
El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, anunció además el miércoles que prohíbe a los aviones rusos sobrevolar Ucrania.