Plogging, fitness más conciencia ecológica | El Nuevo Siglo
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Domingo, 21 de Julio de 2019
La tendencia que combina la actividad física con una iniciativa para mejorar los niveles de contaminación ambiental se hace más visible en las calles de Colombia
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Trotar hace parte de la rutina diaria para muchos, otros prefieren irse por iniciativas que ayuden a contrarrestar los efectos de la contaminación ambiental y hay quienes ponen en práctica las dos opciones con el plogging: el ejercicio ecológico que se convirtió en tendencia recogiendo basura mientras corren.

“Es una iniciativa sueca. Consiste en salir a correr y a la vez recoger la basura que vamos encontrando a nivel de ruta, separamos residuos aprovechables y orgánicos. Así podemos estar haciendo deporte y estamos ayudando de alguna manera al planeta y al medio ambiente”, le dijo a EL NUEVO SIGLO Viviana Saavedra, gestora  líder de plogging en Colombia.

La actividad ecológica, que nació en Estocolmo, Suecia, por el multideportista, Erick Ahlström, se convirtió en tendencia hace más de tres años expandiéndose a nivel internacional y, por su puesto, en Colombia con varios grupos, formados en redes sociales, que trajeron esta disciplina para ayudar a mejorar los niveles de contaminación en las calles o ríos del país y así mismo cuidar la salud física.

Una bolsa, guantes y ¡a correr!

Así como el sueco Erick Ahlström, quien empezó a poner en práctica esta disciplina junto a un grupo de amigos recogiendo basura de las playas, espacios públicos y carreteras mientras hacían su entrenamiento diario, Viviana creó Plogging Colombia, una comunidad que empezó a cambiar su filosofía fitness por la ecológica, recorriendo las calles de Bogotá e incluso zonas rurales cada fin de semana.

Unos tennis, una bolsa y guantes de protección son suficientes para que Viviana, su grupo y cientos de personas en Colombia pongan en práctica este deporte, el cual tiene un solo requisito: “Tener toda la disposición de ayudar, de querer sumar. Ya está”.

“Empecé hacerlo desde el año pasado, convocamos a los corredores, luego cogió fuerza y desde este año han ido asistiendo otras personas. Este 2019 ya vamos cuatro jornadas, la primera fue en el centro, la segunda fue en Virrey, hicimos una con Bavaria y la última la hicimos en Machetá, ya salimos de Bogotá y nos fuimos a las montañas”, mencionó Viviana.

Impacto ambiental

Durante un solo recorrido de más de dos horas en las montañas del municipio de Machetá, Viviana y su grupo de corredores recolectaron alrededor de 70 kilos de basura. Al igual que David González y Cristian Rincón, dos estudiantes líderes de otra comunidad plogging en Medellín, que sumaron 170 kilos en 15 recorridos por la ciudad. Lo cual salta a la vista la efectividad de esta práctica en cada jornada de esta disciplina ambiental.

“En un recorrido de 10 kilómetros, más o menos nos demoramos dos horas y media, sacamos de la montaña 68.7 kilos de basura, casi 70 kilos de basura de la montaña. Era basura porque había mucho material ya enterrado que se había estado descomponiendo en la montaña o que estaba muy sucio, es decir, no había ningún residuo que realmente se pudiera aprovechar”, aseguró Saavedra.

Pero el objetivo de la tendencia no solo se resume en una cifra de aquel que haya recogido más basura que otro, sino tener la certeza de que el lugar en el que termine esa cantidad de residuos sea el más adecuado. Es por ello que los diferentes grupos de plogging se contactan con asociaciones de reciclaje para lograr un mayor impacto.

Un movimiento fitness y sostenible

Según Plogga, el portal web del deportista Ahlström, embajador del plogging, esta práctica reúne varios beneficios que se convierten en las razones que fomentan la expansión de la disciplina en diferentes países del mundo, entre ellas la salud y mejoramiento de la condición física, la reducción de plástico en los mares, la protección de la vida silvestre y  una sociedad más segura.

Por parte de la salud, el plogging ayuda a contrarrestar la depresión, el sobre peso y el cáncer en cada deportista. Además de tonificar los músculos, fortalecer los huesos y mejorar la función cardiovascular, puede llegar a quemar hasta 300 calorías en 30 minutos.   

Así mismo, esta disciplina contribuye a la reducción de plástico en el mar, ya que cada residuo que hay en las calles y demás espacios públicos termina su ciclo en los océanos. Así le afirmó a este Diario David González, líder de plogging en Medellín: “Termina desintegrándose el plástico por ejemplo en el mar, el pez se lo come y uno termina consumiendo el micro plástico. Entonces a la larga los que nos estamos perjudicando somos nosotros”.

Además, las toneladas de basura recolectadas aportan a la protección de fauna marina, como las tortugas que confunden las bolsas plásticas con las medusas, causando que el plástico se atasque; también los delfines y las aves que con cada uno de esos residuos les pueden causar asfixia.

Plogging para rato

Está comprobado que la basura que se arroja tiene un proceso de descomposición muy lento, ya que residuos como las colillas de cigarrillo se demoran de uno a cinco años en desintegrarse, las latas de 200 a 400 años, las botellas de plástico 450 años, las bolsas plásticas de 10 a 30 años, los vasos de icopor 50 años, los envases de vidrio de 20 a 25 años y las gomas de mascar de 20 a 25 años.

Por eso, esta actividad ecológica seguirá propagándose como una tendencia por su influencia no solo en grupos de corredores y demás deportistas, sino en los barrios donde están adoptando cada vez más el plogging como su rutina diaria.

“Veo que muchas personas pueden estar haciendo plogging en sus barrios porque lo vi de esta manera desde un inicio. Ya las personas no pasan por alto un papelito en el suelo, ya no estamos dos años atrás que nadie hacía nada. Esto es necesario y siento que independientemente de la actividad de dos horas, te invita a limpiar un poco el entorno en el que estás, nosotros también estamos buscando trascender en eso”, expresó Viviana.