Pizarro, rigor francés y libertad latina | El Nuevo Siglo
Martes, 4 de Marzo de 2014

El diseñador chileno Octavio Pizarro, instalado en París hace dos décadas, presentó una colección otoño-invierno que apunta a sintetizar la feminidad sensual de la mujer latina con la elegancia más mental de la francesa.

 

Inspirados en el universo mineral erosionado del desierto de Atacama, los tejidos son el plato fuerte de su colección prêt-à-porter, presentada en el showroom Designers Apartment durante la semana de la moda en París.

Los tejidos provienen en parte de Chile, tanto las lanas autóctonas de alpaca como la mano de obra. Pero también hay prendas que se fabrican en talleres de Francia o Italia, incluyendo textiles tecnológicos, visibles en vestidos y tops de la colección 2014-2015.

 

En materia de colores la base es el negro, trabajado en texturas inspiradas en la obra del pintor francés Pierre Soulages. Se incorporan blancos y grises, a los que en esta temporada se sumó el bordeaux.

Pizarro llegó hace veinte años a París, donde fue asistente de Jean-Louis Scherrer, antes de trabajar para Jacques Fath y Guy Laroche.

Lanzó después con éxito una línea de accesorios textiles y desde hace poco más de dos años presenta en cada temporada su colección de prêt-à-porter completa.

"La filosofía de la marca es mi vida: una mezcla de mi ADN latino y mi educación profesional en Francia. El rigor francés y la libertad creativa de América latina".

Desde su lanzamiento, Octavio Pizarro se empeña en mantener temporada tras temporada esa dualidad como una característica fundamental de la marca, declinada en geometrías y volúmenes netos. Los hombros son redondeados y algunos, muy marcados, evocan el traje de luz del torero.

 

El creador chileno apunta a vestir una mujer sofisticada, sin edad definida, que sabe de moda, le gusta el lujo y las cosas bien hechas. "Es sexy sin ser vulgar, sensual y recatada, que se cuida, una mujer --en suma--, muy femenina".

Pizarro tiene su estudio de creación en París y un showroom en Santiago de Chile. Vende ropa a tiendas en todo el mundo a través de compradores internacionales, pero en Chile es donde el diseñador tiene contacto con las mujeres que usan su ropa, cuyo gusto --asegura-- se adapta perfectamente a las dos fuentes europea y latina del creador.

"Muchas de mis clientes tienen el mismo gusto que cualquier mujer francesa", acota. "La particularidad de la chilena, y en buena medida de la argentina, la uruguaya y otras mujeres latinoamericanas, es que dan rienda más suelta a la feminidad que la mujer del norte de Europa". "Lo que me gusta de la francesa, es que es más mental, tiene un gusto mas intelectualizado. De la latinoamericana aprecio su libertad de gustar, tanto a su marido como a las otras mujeres".

 

Según Pizarro, "la francesa no es así, es mucho más interior, recatada en materia de colores, pero sabe porqué, hay toda una historia detrás de eso. La latinoamericana es mucho más naif, si uno quiere, pero eso lo hace también más libre y directa".