Actualmente el estilo de vida, los cambios climáticos, los rayos ultravioleta y la aparición de enfermedades críticas en personas cada vez más jóvenes, nos han demostrado que para cuidar nuestra piel ya no es suficiente utilizar el agua y el jabón.
Por esta razón, recientemente la industria de la salud, cosmética y belleza ha tenido un gran crecimiento pues ha evolucionado en respuesta a nuestras necesidades. No es sorprendente que en los grandes almacenes la sección de bienestar cada vez sea más amplia y variada. Estos productos de nada sirven sin no son empleados adecuadamente, es decir, elegidos en pro de las necesidades que demanda nuestra piel y de forma permanente.
Para encontrar el balance perfecto en los productos para la piel, es posible que necesitemos probar varias alternativas hasta hallar el adecuado. Es natural que los tratamientos de este órgano requieran ajustes o mejoras con el paso de los años, ya que se encuentra en constante evolución.
Pieles con tendencia grasa
Estas pieles no necesitan cremas, al contrario, cuantos menos productos pongamos mejor, siempre que sean realmente grasas. Por supuesto algunas veces pueden deshidratarse, para ello es aconsejable usar solo geles o serum. Las cremas oil-free también son apropiadas. Las personas que tienen la piel grasa suele ser más gruesas y se marcan menos arrugas, aunque su principal problema es la flacidez, es por ello que los tratamientos más apropiados, son los que actúan reforzando la firmeza, para ello es recomendable aplicar silicio y geles un poco ácidos, que activen la producción de colágeno.
Piel mixta
La piel normal o con tendencia mixta es la que tiene en la zona T un poco más grasa que en el resto de la superficie.
Las personas con este tipo de cutis deben utilizar una crema que sea eficaz contra el frio y el sol, que eviten quemaduras, manchas y arrugas. Estas pieles pueden usar la misma crema durante el día como en la noche. Para mantener este importante órgano en su sitio es recomendable de vez en cuando hacer uso de un gel nutritivo que fomente el crecimiento de las células madres.
Asegúrese de que su crema de uso regular contenga minerales, extracto de frutas o flores, ya que esto ayuda a mantener la textura y suavidad de la piel.
Piel seca
Estas pieles son las que necesitaran más dedicación y cuidados, sobre todo en el momento de escoger el tratamiento.
La piel seca no segrega la suficiente grasa natural, por lo que es necesario aportar el líquido faltante de manera externa. Se recomienda utilizar dos tipos diferentes de crema, una para por la mañana y otra para la noche, esta última debe tener una mayor cantidad de aceites, ya que es el momento en el que el cutis está más receptivo y con los poros abiertos.
La crema de día debe ser específica para piel seca, algo más cremosa que las otras. Las ideales son las que llevan componentes hidratantes como el ácido hialurónico que ayuda a aportar agua a la piel. Las cremas de noche es ideal que estén enriquecidas con aceites tipo rosa mosqueta, de argán o jojoba, y que son denominadas como nutritivas.
Estas pieles necesitan su tiempo de aplicación, ya que la absorción de los líquidos se efectúa mucho más rápido, por lo que es necesario repetir la operación. Se recomienda aplicar la crema haciendo masajes con la yema de los dedos en las zonas más afectadas.
El uso del filtro solar también es muy importante para este tipo de pieles, ya que al ser más finas, tienen mayor tendencia a mancharse.