Con una procesión con velas, alegorías y cantos de "estacioneros", devotos católicos revivieron este jueves en el centro de la capital paraguaya la tradicional celebración del Día de la Cruz, más conocida en lengua guaraní como Kurusú Ara.
La colorida procesión, con la Cruz al frente, partió del Panteón de los Héroes, llegó hasta el palacio de Gobierno y finalizó en el Centro Cultural de la Ciudad, dentro de la llamada Manzana de la Rivera, a un costado de la sede gubernativa.
Como es tradición, para su veneración durante todo el día, la Cruz se depositó en un altar dispuesto en un gran pesebre del que colgaron como adornos más de un centenar de "chipas", un tipo de pan autóctono de Paraguay que se reparte a los niños como merienda.
El evento se inició con una representación alegórica de la Batalla de Constantino para instaurar el catolicismo en el mundo, 300 años después de la muerte de Cristo.
Los "estacioneros", grupos corales que entonan canciones lastimeras en idioma guaraní, acomopañaron la procesión con cantos de alabanzas a la Cruz, que recuerda la Pasión.
Cientos de devotos munidos de antorchas y candiles recibieron a los caminantes en el Centro Cultural, finalizando con rezos y cantos frente al Kurusú.
Clemente Cáceres, organizador de la celebración, dijo que el programa desarrollado forma parte del rescate de las tradiciones barriales que realiza la Municipalidad de Asunción en coordinación con la Dirección General de Turismo.
Dijo que las decenas de panes que terminan repartiéndose a los creyentes fueron una creación de los indios guaraníes. Cuando llegaron los religiosos españoles, "ellos veneraban a Kurupí, dios de la abundancia, la germinación y la procreación".
"Fue sobre esta celebración el 3 de mayo, que se asentaron las misiones evangelizadoras. Contiene elementos de sincretismo con un profundo significado para los creyentes", subrayó el portavoz cultural a periodistas.
AFP