Para Margarita con amor | El Nuevo Siglo
Sábado, 27 de Febrero de 2016
Un libro de reciente aparición reproduce las emotivas cartas que Álvaro Gómez Hurtado le escribió a su esposa.
 
“A mi corazón que se quedó en tu casa, debajo de uno de los cojines del diván donde conversábamos, búscalo, y si lo encuentras, dile que se quede y que, aunque me hace falta, aquí no lo necesito para nada”. Estas palabras, escritas en 1944 desde Nueva York por Álvaro Gómez Hurtado cuando tenía 24 años y se desempeñaba como periodista del diario El Siglo, fueron suficientes para conquistar el corazón de Margarita Escobar, una bogotana de buena familia que no se resistió a sus galanteos y menos a la pluma romántica de aquel inquieto político que se iría a convertir en el gran amor de su vida.
 
En efecto, el 22 de junio de 1946, después de tres años de noviazgo, el resbaladizo Álvaro decidió poner fin a su cotizada soltería y ante el altar le juró a la bella Margarita que la amaría hasta la muerte. Esta promesa se mantuvo intacta hasta el 2 de noviembre de 1995, cuando a la salida de la Universidad Sergio Arboleda un grupo de sicarios segó la vida del dirigente conservador cuando contaba con 76 años de edad.
 
Para mantener vivo el recuerdo de un amor que sorteó todo tipo de dificultades Margarita decidió publicar las cartas que su esposo le escribió casi 50 años de convivencia. Bajo el sugerente título Pensando en ti, Margarita recopiló 106 epístolas en las que la figura pública bajó de su pedestal de hombre político para dar espacio a su alma enamorada. Sin abandonar el tono analítico de sus ensayos, algunas de las cartas de Gómez Hurtado recogen las diferentes impresiones del ex candidato presidencial a lo largo de cinco décadas en las que tuvo que hacerle frente a episodios tan amargos como el exilio, la derrota electoral y el secuestro.
 
La protagonista principal de sus reflexiones es Margarita, la fiel y abnegada esposa que aprendió a convivir con un personaje capaz de generar odios y amores. "Yo busqué esta vida y me he sometido a ella en todas sus consecuencias. Tú la conocías también y a pesar de ello me quisiste", le escribió el político en una oportunidad.
 
Alternadas con las frases románticas propias de los amantes el autor dejó colar sus inquietudes frente al panorama histórico colombiano y halló en Margarita la confidente perfecta para sus secretos. Prueba de ello son las cartas que le envió durante los ajetreados días que siguieron al 9 de abril de 1948: "El Partido Conservador, desarmado, carece de orientación y medios para actuar. El puñado de liberales decentes prefieren la chusma a cualquier solución conservadora por moderada que sea. La curia, como siempre  dormida, sólo que esta vez es sobre las ruinas de las iglesias y del Palacio Arzobispal. El gobierno maniatado para sobrevivir, no hace nada, pero todo lo deja hacer. Mariano Ospina, que sorprendió al país por su entereza en los primeros momentos, ha vuelto a su política de claudicaciones".
 
Las reacciones del intelectual conservador se hicieron más agudas cuando la situación del país se tornó agresiva contra su  propia familia. Luego del golpe de Estado del general Gustavo Rojas Pinilla en 1953 el ex presidente Laureano Gómez y sus hijos fueron desterrados, lo cual significó una nueva separación de la pareja. "El golpe, por todos los detalles que hemos atado a posteriori, estaba decidido desde hacía por lo menos un mes y estaba prácticamente dado. Había orden de que a papá no lo dejaran ir a Palacio. Todo estaba calculado y meditado"..."nosotros ya peleamos con los militares puesto que nos quitaron el poder; y no nos pueden contentar sino devolviéndolo inmediatamente y presentando excusas. Como eso no es posible, todos los demás incidentes nos tienen sin cuidado", señaló en ese entonces.
 
Pero quizás una de las misivas más emotivas fue la corta nota que le envió a su esposa durante los angustiosos meses que estuvo secuestrado por el M-19 en 1988: "Margarita, hace quince días te vi por última vez. Estoy bien. Mi destino no está en tus manos ni en las de nuestros hijos. ¡Tranquilízate! Está en las manos de Dios. Te quiero infinitamente."
 
Así como en su momento Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre le demostraron al mundo que el amor y la amistad podían sobrevivir a la distancia, las cartas que le escribió Álvaro Gómez a su esposa Margarita son el reflejo de un romance que no sólo fue creciendo con el tiempo sino que supo aprovechar la adversidad para fortalecerse.
 
(Tomado de la Revista Semana de mayo de 1999)