Por Yanis Florián / EL NUEVO SIGLO
Roma es la ciudad escogida para realizar la primera exposición post mortem del maestro Fernando Botero, quien falleció el 15 de septiembre del año pasado en Mónaco (Europa).
Terrazza del Pincio, Piazza del Popolo, Largo San Carlo Al Corso, Piazza di San Lorenzo in Lucina, Piazza Mignanelli y Piazza di San Silvestro son los lugares en donde las esculturas monumentales del artista colombiano entablarán un diálogo con los visitantes y propios hasta el 1° de octubre.
Esta exhibición contó con la curaduría de su propia hija, Lina Botero, quien además forma parte de la Fundación Fernando Botero, organizadora de la muestra.
A propósito de esta muestra, EL NUEVO SIGLO habló con Lina Botero para conocer más a fondo sobre esta muestra, que honra la memoria del pintor y escultor fallecido.
EL NUEVO SIGLO: ¿Por qué escoger Roma para la primera exhibición 'post mortem' del artista colombiano?
LINA BOTERO: Esta es la primera exposición que realizamos después del fallecimiento de mi padre. Estará en ocho de los lugares más prestigiosos e icónicos de este centro histórico, de esta ciudad, siguiendo además con la tradición de Fernando Botero, de llevar sus esculturas monumentales a algunas de las capitales y ciudades más importantes del mundo. En esta oportunidad se trata de ocho esculturas que serán exhibidas en una ciudad inmensamente frecuentada, y en un lugar como lo es la Terrazza del Pincio, que es un mirador muy visitado por los turistas y por los ciudadanos de Roma, que utilizan muchísimo ese parque. Y justamente esta semana en horas de la noche estábamos hablando allí y me impresionó cómo a esa hora había un grupo muy grande de jóvenes tocando música; además, es un lugar muy iluminado y seguro. Lo que se hizo fue escoger los lugares muy icónicos, zonas que están al alcance de la gente.
ENS: Entonces esta sería la primera actividad conmemorativa por el año de fallecimiento del maestro Botero. ¿Vienen más?
LB: Nosotros, desde la Fundación Fernando Botero, estamos en proceso de constituirla. Mis dos hermanos (Fernando y Juan Carlos) y yo tenemos como misión absoluta llevar el legado artístico de mi papá a diferentes rincones del mundo a través de su pintura, sus esculturas. Aquí mismo en Roma tenemos programada otra gran exposición, esta vez de pintura, de dibujos, de pasteles, y se llevará a cabo en el Palacio Bonaparte, en el centro de Roma; será una exposición muy amplia, ya que va a ocupar dos pisos del palacio. Además, ya tenemos absolutamente confirmada para el año entrante, en mayo, otra exposición de esculturas monumentales en el centro de Suiza, en el marco de la Feria de Basilea, la cita anual más importante para todas aquellas personas involucradas en el mundo del arte. Y en octubre del 2025 estamos invitados a una exposición en el Museo Heydar Aliyev de Bakú (Azerbaiyán), uno de los más importante y frecuentado por todos los países aledaños. Nos enorgullece desempeñar la tarea que estamos adelantando en este momento, justamente como fue su deseo de continuar, llevando su obra, exhibiendo sus piezas, a través de exposiciones, publicaciones y honrando su legado.
ENS: La obra de Fernando Botero es una celebración permanente de la vida. ¿Cómo lo ve usted desde su perspectiva?
LB: Mi padre decía que el arte debe producir ante todo placer, y que debía ser un oasis de las dificultades de la vida. Por eso, para él, el regalo más grande era ver la sonrisa en la cara de quienes apreciaban su obra. Su trabajo como escultor y pintor ha suscitado un reconocimiento internacional unánime y entusiasta en el público de las más diversas culturas, y de todos los continentes.
ENS: En septiembre próximo, mes en que se cumple un año del fallecimiento de su padre, ¿se realizará alguna exposición en Colombia?
LB: Que yo sepa, por el momento no, pero el Museo de Antioquia seguramente celebrará de alguna manera el primer año del fallecimiento de mi padre y obviamente en la medida en que podamos apoyar esta iniciativa en cualquier parte del mundo para celebrar el nombre de Fernando Botero, es un orgullo.
ENS: A casi un año de la partida del maestro de las artes, su legado sigue más vivo que nunca, ¿ustedes como hijos cómo ven esta inmortalidad de Botero?
LB: Creo que tal vez una de las razones más importantes por las cuales Fernando Botero se mantiene vigente hoy en día en el mundo del arte es por el estilo que creó, que fue un estilo único y original para él: la belleza, la exaltación del volumen y justamente esa exaltación la llevó a un límite sin precedentes en la historia del arte. Creó un estilo que es fácilmente reconocible en el mundo entero; además, un estilo que no necesita una explicación o de un intermediario para ser comprendido, no se trata de racionalizar la obra de Botero. Su placer más grande, su satisfacción y el aporte más grande que él tuvo en la historia, fue la pintura. Lo más apasionante siempre fue escuchar a mi padre hablar acerca de la pintura y de la historia del arte. Tenía un conocimiento casi enciclopédico. Su fascinación principal fue siempre la pintura del Quattrocento y los grandes maestros que influyeron principalmente en su obra: Piero della Francesca y Paolo Uccello.
ENS: Su obra suscita además una comunicación directa con el espectador, un diálogo que no termina…
LB: Él decía que el arte a través de los siglos jamás necesitó, ni debería necesitar, una explicación para ser entendido. Es por esta razón que sus obras son acogidas con el mismo entusiasmo en países y en culturas tan diversas como China, Japón, Suecia, Alemania o Israel. Más que intentar racionalizar su obra, se trata de sentir y de gozar de la sensualidad de sus formas voluptuosas, de su monumentalidad y del contraste de estas con los detalles más pequeños, como la lengua minúscula que se asoma de la boca del Gato ubicado hoy en la Plaza San Lorenzo in Lucina.