Mamá tómate la sopa es un film protagonizado por Paola Turbay. En la película se cuenta la historia de un cuarentón mantenido y calvo que lleva una vida cómoda al lado de Berta, su mami. No tiene más preocupaciones que perder el tiempo con sus amigos y se motiva inventando todos los días negocios fantasiosos.
Con la llegada de Cristina, la nueva dueña de la peluquería del barrio, la vida de Vicente entra en caos. En poco tiempo, ella se convierte en su más anhelado capricho y juntos se embarcan en una aventura sentimental y comercial que desatará la ira de la madre.
Paola habló con EL NUEVO SIGLO sobre su participación en esta película y su innovador papel de peluquera.
EL NUEVO SIGLO: ¿Por qué decidió participar en esta película?
PAOLA TURBAY: Porque me gustó la historia, porque me pareció un reto importante, porque hace tiempo quería trabajar en Colombia, quería una oportunidad importante para poder volver a trabajar con los míos, en proyectos más cercanos a mí. No se había presentado la oportunidad, las que se habían presentado me quitaban mucho tiempo, no podía porque tengo proyectos en Estados Unidos y mi familia… y no me podía dar el lujo de desaparecer 8 meses. Mario también fue un factor importantísimo, hacía muchos años queríamos trabajar juntos; cuando me llamó y le dije de entrada que quería trabajar con él, fue un sí y me mandó el guión y me gustó.
ENS: ¿Es el primer papel que hace con este perfil?
PT: En términos del personaje es totalmente distinto y por eso también me encantó y era parte del reto, es un personaje muy distinto a todos los que he hecho. Para empezar es tragicomedia, más comedia que drama, no había podido explorar eso hace más de 10 años, eso era interesante. El personaje es muy distinto en todo, viene de pueblo, de un nivel socioeconómico diferente al de los personajes que he hecho, era interesante y generalmente cuando voy a presentarme para un papel me gusta que sean distintos… iguales le quita la emoción.
ENS: ¿Qué tal trabajar con Ricardo Leguízamo?
PT: Es un ángel, es un amor, un profesional de aquí a la Luna. Es de los mejores actores con los que he trabajado den la vida, tanto en Colombia como en Estados Unidos, de un nivel actoral que me dejó boquiabierta. Verlo a él en escena es un placer, ver la claridad que tiene y la profundidad que le da, solo verle la cara y saber que le pasan un millón de cosas por la cabeza es un deleite.
ENS: ¿Cuál es la historia de Mamá tómate la sopa?
PT: La historia de un cuarentón calvo pegado a su mamá, con una relación disfuncional con ella, y el día que conoce a esta peluquera totalmente diferente a él, que toma riesgos se le mide a lo que sea, es la oportunidad para destetarse de su mamá y lanzarse a la independencia, pero esto le va a costar mucho a todo nivel y ahí es donde comienza el caos.
La libertad está en uno mismo, en la que uno se quiere dar y él elige la vida cómoda, tranquila, no maneja la presión ni es capaz de tomar una decisión.
ENS: ¿Cómo es su personaje?
PT: Es muy noventera. Cuando vi todo lo que tenían para ella uno empieza a armarse los cuentos del personaje. Ella era muy colorida, yo quería que fuera calentana y que su maquillaje y todo fuera muy acorde a la decoración, con las manifestaciones de su forma de ser… pues ¡ella se quedó en los 90!, le puse los peinados de los 90 y además ella quería ser reina de la panela y se veía en ese mundo y quedó embarazada y se le complicó el camino. Pero no deja de estar arreglada, cuidadita, ella se cambia el esmalte según la pinta, llegar a ese detalle es darle importancia. Pero si Cristina se quedó en los 90 y el contraste del color de ella y su salón, el mundo de Vicente es el de opuestos, del colorido a una vida como la de él sin brillo sin color sin sabor.