El pincel, que con figuras geométricas marcaría un antes y un después en la historia del arte, Pablo Ruiz Picasso, nació un día como hoy hace 139 años, uno de los maestros españoles de la industria creativa más importantes e icónicos del siglo XX a nivel internacional, quien además de inventar el cubismo fue un pionero en revolucionar los sistemas tradicionales y límites del medio, dejando un legado que hasta hoy tiene influencia en varias escuelas y museos.
Nacido en Málaga, el 25 de octubre de 1881, Pablo además de haber pintado más de dos mil cuadros, no solo dedicó su vida a plasmar su genialidad en los lienzos, sino también creó todo un legado en áreas como la escultura, la cerámica y el grabado.
Primeros trazos
Pero, ¿cómo un adolescente malagueño apasionado se convirtió en un genio del arte? Para conmemorar este importante aniversario que el mundo celebra hoy, le contamos los momentos más importantes de la vida y obra de este ícono de la historia.
Como lo afirmó su nieta en algunas entrevistas, las obras de Picasso se convirtieron en su diario, en el que dejaba plasmado cada etapa de su vida. Por lo que en cada pieza se puede leer cómo se sentía y por lo que estaba pasando el artista.
Influenciado por su padre, profesor de dibujo, inició su formación académica primero en su natal Málaga, luego en La Coruña al noroeste de España, Barcelona, luego en Madrid y por el movimiento vanguardista que acunaba París, se instaló allí en 1904.
Durante este lapso Picasso, a sus 13 años creó el primer retrato, Lola, de su hermana María Dolores, en el que se sobre salen algunos detalles que más adelante resaltan en otras de sus obras. Luego, decidió hacer una serie de Lola.
Sus dibujos, que en ese momento eran a carboncillo y lápiz, imprimían un estilo que iba del simbolismo al postimpresionismo. Sobre el año 1900 a medida que sus retratos de su hermana se iban transformando, también lo hacía este niño prodigio, que pasó a ser un artista radical.
Cubismo, musas y más…
Romper estigmas y crear lo que no está fueron los principales motivos por los que en 1907 inició la revolución del arte con la creación del cubismo, pues primero comenzó a pintar cuerpos con varias curvas y terminó luego por plasmarlas con formas cilíndricas, conos y planos. Esto se puede ver en obras como Personaje sentado, Mujer sentada o Desnudo de mujer de pie.
Junto a su socio de creación del cubismo, Branque, más adelante definieron más su estilo, rompiendo las líneas rectas, transformándolas por curvas. En 1910 en sus lienzos a tinta sobre papel se veían ciertos patrones como dibujar un triángulo como nariz, los hombros desiguales o caderas hechas de cilindros.
Cuatro años más tarde el cubismo ya estaría a flor de piel, pues este estilo se caracterizó por representar ahora no solo el cuerpo, sino varios objetos a través de figuras geométricas. Muestra de ello es la serie de esculturas en bronce, bajo el título Copa absenta.
Las obras de Picasso casi siempre estaba relacionadas con sus musas, las cuales las encontraba en su familia, sus amantes y esposas, es así como se ve en Las tres gracias, con la cual también demostraba su gusto por las mitologías.
A partir de 1930 Picasso comienza a centrarse en la escultura, en la que a pesar de no creer en el surrealismo, incluía en sus figuras algunos elementos de ese estilo, trastocando las figuras naturales. Como muestra está su escultura en yeso Bañista tendida, la cual recurría a varias referencias del arte de algunos maestros como Goya, Edgar Degas o Matisse.
La guerra Civil que vivía España entre 1933 y 1937 quedó también plasmada en el arte de Picasso. Aunque no explícitamente retrató este capítulo de la historia, expresó en sus pinturas la violencia y el sufrimiento que vivía la humanidad. Un minotauro, casi humanizado, fue la figura con la que Pablo decidió representar la violencia civil, así como también con cabezas abstractas de mujeres.
La guerra a finales de los años 30 y a comienzos de los 40 un velo gris comenzó a teñir las esculturas y pinturas de Picasso, pues a través de ellas el artista dejó grabada la angustia con la que se vivía en aquella época.
Los animales también formaron parte de su obra, en ellas se pueden ver palomas, gallos, búhos, perros, gatos, toros, caballos y cabras, con los que el artista deja ver un acercamiento a lo que vivió en su infancia.
Este tema, al igual que su segunda y última esposa fueron protagonistas en la etapa de Picasso en los años 60, en la que volvió a la escultura, pero esta vez replicando sus figuras de papel, en metal.
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Durante sus años de vejez, muchos decían que ya había perdido su destreza y que su torpeza comenzaba a verse en cada trazo, pero lo cierto es que en esos últimos años el artista se permitió varias libertades, que no había experimentado antes, entre ellas el color, la luz, la ficción, a excepción del abstraccionismo.
Desde los años 30 y hasta después de los 60, el malagueño sumergió su arte en el mundo de la cerámica, una etapa de la que da cuenta su obra Insecto.
Es así como en estas obras, las más representativas, se puede leer el crecimiento y el avance de un genio del arte, que aún vive en cada exposición, que recuerda su robusta trayectoria.
Aunque la vida de Picasso terminó un 8 de abril de 1973 en Francia, donde habitan los fantasmas de sus musas y varios de sus años como descubridor de nuevos estilos, legó un no solamente una forma de romper los estigmas del arte, sino todo un movimiento que actualmente se sigue expandiendo.