LOS VISITANTES al Museo Nacional de Colombia pueden conocer el montaje de la nueva sala Orfebrería Colonial y Republicana, en la que se muestran objetos que revelan los usos de la plata, el oro y las piedras preciosas durante los siglos del dominio hispánico en América, la época de la Independencia y el siglo XX.
Entre las 43 piezas expuestas se destacan coronas, crucifijos y atriles, que evidencian la importancia de los metales preciosos en la práctica religiosa durante los siglos XVI y XVII, puesto que por sus cualidades intrínsecas el oro y la plata se asimilaron simbólicamente con las divinidades. La bóveda alberga, entre otros, una bandeja del siglo XVIII donada a un convento agustino ubicado en Río de Oro, actual departamento del Cesar, y un florero con ramillete decorado con motivos vegetales y frutales, que evoca antiguas costumbres indígenas de rendir culto con cestos de frutas.
En el inmenso patrimonio artístico colombiano hay piezas que se caracterizan por ser importantes hitos de la cultura y en otros casos por ser pioneras o polémicas en la temática que representaron en sus trabajos. En la riqueza de nuestro arte se puede visualizar la historia de una cultura precolombina caracterizada por su virtualidad orfebre, el detalle y laboriosidad del arte colonial y el comienzo de una nueva pintura republicana que buscaba desligarse de los temas religiosos y representar una nación floreciente.
La fabricación de objetos en metales preciosos durante el siglo XIX se destinó habitualmente a conmemorar acontecimientos ligados a la naciente vida republicana o a la ostentación social, indicativa de buen gusto y elevada posición económica. Así, el visitante encontrará la emblemática guirnalda cívica ofrendada por el pueblo de Cuzco al Libertador Simón Bolívar, ornada con oro, perlas y diamantes; un cofre en oro y piedras preciosas que el gobierno colombiano le obsequió a Rufino Cuervo en 1847, y objetos de uso cotidiano, como un neceser de viaje hecho en madera y plata, ofrecidos al presidente interino de la Confederación Granadina.
En el siglo XX cambiaría el gusto por la ostentación de objetos elaborados en oro y plata en el vestido y en los eventos públicos, y se restringiría el uso de los objetos de lujo al ámbito de la vida privada. El visitante encontrará objetos de este periodo donde el porte de alhajas, el servicio en menaje y la decoración en el ropaje se destinan a eventos sociales entre la élite civil, religiosa y militar.
Este metal, además de la plata y el platino, atrajeron casi desde el comienzo de la República a inversionistas extranjeros que invirtieron capital y tecnología. Con ellos vinieron a lo largo de los años el molino californiano, la amalgamación con mercurio, la cianuración, la topografía de precisión, la química metalúrgica, la turbina pelton, las bombas hidráulicas, la máquina de vapor, la dinamita, la draga de ríos, el monitor hidráulico y muchas otras innovaciones tecnológicas que iban apareciendo en el mundo, y todo para dar como resultado hermosas piezas artísticas que con el tiempo se convertirían en identidad cultural, que hoy hacen parte de los fragmentos eruditos del Museo Nacional de Colombia.