El conflicto armado de Colombia llegó al Festival de Biarritz, sur de Francia, de la mano de un campesino y un bebé nacido en cautiverio, quienes son los protagonistas del filme "Operación E", basado en una historia real que mantuvo en suspenso al mundo.
Dedicada a las "millares de víctimas civiles" del conflicto armado en Colombia, la cinta -una coproducción de España y Francia- se estrenó en Biarritz en vísperas de las negociaciones del gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), previstas para comenzar a mediados de octubre en Oslo.
Dirigida por el franco-español Miguel Courtois Paternina ("El Lobo") y protagonizada por el galardonado actor español Luis Tosar, el filme -uno de los diez largometrajes en concurso en el Festival de Biarritz América Latina-, recrea uno de los momentos más tensos de ese violento conflicto.
En diciembre del 2007, el mundo entero esperaba la liberación de tres rehenes de la FARC, entre ellos Clara Rojas, secuestrada al mismo tiempo que Ingrid Betancourt, y su bebé Emmanuel, nacido en cautiverio.
Es esa operación militar, en la que estuvieron implicados los gobiernos de Colombia y Venezuela, la que da el título a la película.
Pero el punto de partida de la cinta no es el operativo militar, sino el campesino José Crisanto, a quien la guerrilla le entregó el niño enfermo, para que lo cuidara.
En una entrevista con la AFP en el Casino de Biarritz, Courtois explicó el origen de su filme, que saldrá a los teatros en Francia y España en noviembre, y luego se estrenará en otros países.
El cineasta, que antes ejerció como profesor de filosofía, recordó que escuchó hablar de esta historia hace tres años, en una cena en París con un productor, y pensó que había allí material para un filme.
"Supe desde un principio que lo que me interesaba no era el operativo militar, sino la historia del campesino, a quien yo veía como una víctima", contó Courtois, que trabajó el libreto con el guionista español Antonio Onetti.
El filme se sumerge en la vida de Crisanto: retrata cómo él y su esposa Liliana (la joven y bella colombiana Martina García, que resulta poco creíble en la piel de una campesina madre de seis hijos), y los pequeños se ven arrastrados en la espiral trágica del conflicto colombiano, y cómo el campesino se vuelve una pieza clave en las negociaciones entre Colombia, Venezuela y las FARC.
Hasta tal punto que el operativo militar para la liberación de los rehenes por poco no se hace, debido a que Crisanto ha perdido el rastro del niño, recuerda el filme rodado en la selva colombiana, y en el que todos los actores, salvo Luis Tosar, son colombianos.
"La historia es única, pero también es universal", subrayó el realizador, recalcando que la "ambición de la película es contar la historia desde el punto de vista de las víctimas, no de las partes que protagonizan esa guerra".
"Una guerra que no tiene nada de justa, de legítima, y de la que el pueblo colombiano está hasta el gorro", opinó Curtois, que se dijo "moderadamente optimista" respecto a las próximas negociaciones de paz entre el gobierno y las FARC.
Su escepticismo, o su "prudencia" acerca de las negociaciones se debe a que "hay muchos intereses económicos, muchísimo dinero que está en juego". Sin embargo, "un proceso de paz es siempre mejor que lo contrario", dijo.
"Creo que hay alguna gente que tiene buena voluntad, pero en este tipo de conflicto, no hay buenos ni malos, sino intereses económicos que se cruzan", estimó el realizador, lamentando que "se siga gastando tanto dinero en sostener la violencia en Colombia, cuando hay ya tantos miles de víctimas, entre ellos cuatro millones y medio de desplazados".
Luis Tosar, que confesó al presentar la película que se había sentido "aterrado" con la idea de interpretar a un campesino colombiano, y que durante varios meses se había dedicado a aprender "el hablar colombiano", expresó también su respeto y dolor por las víctimas civiles.
"Por eso me gustaría dedicar el filme a todas las víctimas de conflictos armados, en Colombia, en Latinoamérica, y en el mundo", dijo el actor, que ha ganado tres premios Goya por su trabajo en "Lunes al Sol" (2002), "Te doy mis ojos" (2004) y "Celda 211´2 (2009).
Courtois se felicitó de que "probablemente" debido a su filme, Crisanto, que tras la "Operación Emmanuel" fue puesto en la cárcel, acusado de ser colaborador de las FARC, salió libre hace unos seis meses, absuelto.
"Crisanto era inocente. Vivía en territorio controlado por las FARC y debía sobrevivir. El es una víctima más de ese terrible conflicto", reafirmó el cineasta.